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La población mundial es de un poco más de 7, 500 millones y diariamente una persona produce unas dos libras de basura; solo es cuestión de hacer números para darse cuenta de cuánto se contamina a nuestro hermoso planeta.
Dentro de esa cantidad de desechos se encuentran las botellas plásticas, las cuales tardan aproximadamente de 100 hasta 1,000 años en descomponerse. Es por esta razón que Susanne Heisse decide comenzar con el movimiento ecológico independiente llamado Pura Vida y mostrar que hay una alternativa para reutilizar las botellas en el ámbito de la construcción y así reducir su impacto sobre el medioambiente.
Susanne, que desde Alemania llegó a Guatemala hace varios años, se enamoró de la belleza del lago Atitlán, en el departamento de Sololá. Lastimosamente no todo era bello, ya que se percató de que el sistema de recolección de basura no es bueno; lo que contamina la tierra y el agua que los niños y niñas llegan a beber y por eso se enferman.
También se dio cuenta de otra problemática, la dieta también ha cambiado con el tiempo, de una alimentación balanceada y orgánica, ahora consumen bebidas como las gaseosas y bolsas de frituras; generando así más y más basura.
En 2004 Susanne decide tomar cartas en el asunto y cumplir con su destino: resolver estos problemas. Después de observar a un señor, a la orilla del lago, insertando bolsas de frituras en una botella plástica, ella realizó que eso era una respuesta para los problemas.
Los eco-ladrillos son botellas plásticas rellenas de las bolsas de las frituras, las cuales se compactan con una varita y por último se sellan. Después de ser recolectadas, se utilizan en lugar de un ladrillo o block normal para construir eco-bancos, muros, baños, aulas, tiendas, albergues y hasta árboles navideños.
Esto se convierte en una tecnología de reciclaje sencilla, higiénica, aislante y antisísmica. Ahorra emisiones al reemplazar los materiales de construcción contaminantes, es un producto fácil de transportar y almacenar y evita que los rellenos sanitarios se desborden por un exceso de basura.
Ha sido tal el éxito del eco-ladrillo, que ahora se utiliza alrededor de todo el mundo.
Si bien el eco-ladrillo es una solución extraordinaria, Susanne cree que también es necesario enfrentar la situación desde otra perspectiva y así también resolver el problema de la alimentación. La difusión y la educación son otras de las soluciones que se plantean para que los pueblos se nutran mejor y que al mismo tiempo generen conciencia de los efectos dañinos de este tipo de materiales.
Su misión se convierte en “formar una conciencia integral en la población para frenar la contaminación, que se mejoren las condiciones de vida y que se preserve la belleza de la tierra”.
Para difundir su mensaje, Pura Vida y la embajada de Alemania en Guatemala unieron esfuerzos y publicaron varios manuales virtuales y materiales educativos completos y bien claros en su página web para todos los maestros, padres de familia y jóvenes interesados. Gracias a esto, Pura Vida conecta comunidades, escuelas, empresas, ONG’s y autoridades municipales para facilitar el manejo de los desechos sólidos.
Bien dicen “querer es poder”. Si tan solo todos quisiéramos y nos esforzáramos para vivir verde, los cambios que ha logrado Pura Vida, se multiplicarían por miles de millones y la belleza de este mundo resaltaría cada día más.
Puedes conocer más de su trabajo en su página web.
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