Suscríbete
El invierno de Australia tuvo las temperaturas diurnas promedio más altas registradas, también fue el más seco en 15 años. La Oficina de Meteorología pronosticó una estación cálida y seca, y eso fue exactamente lo que sucedió.
Un clima más seco de lo normal provoca días más cálidos y noches más frías, lo que resulta en algunas temperaturas extremas. Estos incluyen los mínimos nocturnos que caen por debajo de -10°C en los Alpes Victorianos y -8°C en Canberra (capital de Australia) (las noches más frías para los dos lugares desde 1974 y 1971), junto con los máximos diurnos de más de 32℃ en Coffs Harbour y 30℃ en la Costa del Sol.
Durante la primera fase del invierno, la parte meridional del país se mantuvo seca, ya que la alta presión sobre el continente mantuvo a los frentes fríos alejados, en la bahía. Desde entonces se ha visto un más clima húmedo para varias partes del sur pero también nevadas impresionantes en los Alpes Victorianos.
Este invierno cálido y seco está ‘preparando el terreno’ para que se generen incendios peligrosos en primavera y verano. Ya han experimentados incendios de temporada (antes de tiempo) en la costa este y es probable que se den más.
Las temperaturas máximas diurnas promedio de Australia fueron las más altas registradas para este invierno, superando el récord anterior establecido en 2009 por 0.3℃. Esto significa que Australia ha establecido nuevos máximos estacionales para las temperaturas; diez veces en lo que va de este siglo (en verano, otoño, invierno y primavera). El aumento de la frecuencia de registros de calor en Australia ya ha sido vinculado al cambio climático.
El investigador en climas extremos, Andrew King, se pregunta lo siguiente: ¿cuánto ha alterado el cambio climático antropogénico la probabilidad de inviernos muy cálidos en Australia?
King utilizó una metodología estándar de atribución de eventos para estimar el papel del cambio climático en este evento. Tomó las mismas simulaciones que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) utiliza en sus evaluaciones del cambio climático y las clasificó en dos conjuntos: uno que representa el clima actual (incluyendo los efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero) con simulaciones que representan un mundo alternativo que excluye nuestras influencias sobre el clima.
Empleó 14 modelos climáticos en total y comparó la probabilidad de registrar temperaturas cálidas de invierno como las de 2017 en esos diferentes grupos. Encontró una gran diferencia en la posibilidad de registrar inviernos cálidos en Australia entre estos dos conjuntos de simulaciones de modelos. Según sus cálculos, ha habido por lo menos un aumento de 60 veces en la probabilidad de un invierno cálido récord que se puede atribuir al cambio climático causado por el ser humano. La influencia humana en el clima ha aumentado las temperaturas de Australia durante los inviernos más cálidos cerca de 1℃.
Es probable que en el futuro se vean más inviernos cálidos récord, como se ha visto este año, y a medida que el clima se sigue calentando.
Bajo el Acuerdo de París, las naciones del mundo están tratando de limitar el calentamiento global a menos de 2℃ por encima de los niveles preindustriales, con otro objetivo más ambicioso de 1.5℃ también. Estas metas están diseñadas para prevenir los peores impactos del cambio climático y actualmente, estamos casi un grado arriba de la temperatura promedio.
Incluso si el calentamiento global se limita a cualquiera de estos niveles, se verán más inviernos calurosos. El calor récord de hoy sería más o menos el clima promedio de un mundo calentado a 2°C. Esto plantea riesgos para el futuro, por ejemplo, muchos agricultores están luchando por la falta de lluvia y por las malas condiciones que generan incendios forestales (los cuales ya se prevén para los próximos meses).
Este texto apareció originalmente en The Conversation, puedes encontrar el original en inglés aquí.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana