Suscríbete
El panorama es alarmante si se coloca en una misma canasta el hecho de que el 40% de los suelos de Colombia están afectados por algún grado de erosión, que el año pasado perdieron 178,597 hectáreas de bosque (la Amazonia fue la región más afectada de todas); que cerca de 12 millones de personas están en riesgo por amenaza de inundación o que en los últimos 50 años los glaciares han disminuido en 63% su cobertura de hielo.
Por eso, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entregaron la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático, que contiene la información más actualizada, detallada por departamentos y municipios, sobre el escenario que le espera al país en los próximos 100 años ante fenómenos climáticos extremos.
El documento es, ante todo, una herramienta para que los legisladores reconozcan sus principales amenazas y actúen a partir de datos, no de suposiciones.
“Conocer es el primer paso para adaptarnos, dijo el director del Ideam, Ómar Franco, no nos podemos acercar a este tema solo con percepciones o generalizando los efectos en todos los departamentos porque no es así. Esta información nos permite cumplir con los compromisos internacionales que adquirimos y planear la Colombia que queremos, frente a los desafíos que nos esperan”.
Colombia lanza a la atmósfera cada año 258 millones de toneladas de CO2, lo que la ubica como el quinto país en América Latina y el número 40 en el mundo que más gases de efecto invernadero (GEI) emite. Tal como lo explicó el director de Colciencias, César Ocampo, una tonelada de CO2 equivale al aire que cabe en una casa de dos pisos. Los sectores que más emisiones generan son los relacionados con los cambios en el uso del suelo (62 %), el transporte (11%) y las industrias manufactureras (11 %). Solo la deforestación aporta 69 millones de toneladas de CO2 anualmente.
A esto hay que sumarle que entre 1971 y 2015, la temperatura promedio del país ha aumentado 0.8°C. De seguir así, al finalizar el siglo la temperatura promedio aumentará 2.4°C. Parece una cifra mínima, pero las consecuencias podrían ser devastadoras.
Este aumento de la temperatura podría generar un derretimiento acelerado de nevados y glaciares, como ya está ocurriendo, un mayor aumento en el nivel del mar que generaría desplazamiento, una reducción en la producción agropecuaria, pérdida de fuentes y cursos de agua; así como una aceleración en el proceso de desertificación, mayor incidencia de fenómenos climáticos extremos, como El Niño y La Niña, e impactos a la salud y a la economía.
“Cada año, los desastres asociados al cambio climático provocan pérdidas de $520,000 millones y empujan a la pobreza a 26 millones de personas, advierte Pablo Ruiz, director del PNUD en Colombia. Esperamos que esta información nos ayude a comprender la realidad de un país tan diverso y a promover un desarrollo sostenible que incluya las variables climáticas y ambientales”.
El informe revela que el 100% de los municipios del país presentan algún tipo de riesgo frente a las consecuencias del cambio climático. Los departamentos de San Andrés, Vaupés, Amazonas, Guainía y Atlántico serán los más afectados. Los 20 con mayor riesgo albergan el 57% de la población del país y representan el 69% del producto interno bruto (PIB).
“Ahora, dice Julio Carrizosa, considerado el padre del ambientalismo en Colombia, sabemos cuáles son los lugares que tienen que revisar sus políticas de urbanización con urgencia, como es el caso de la Costa Atlántica, que muy seguramente tendrá que actualizar los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) con prontitud. Este documento tiene que ser revisado al detalle por parte de los candidatos a la presidencia y Planeación Nacional”.
Ya con este informe, que además es presentado ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, se puede seguir avanzando para cumplir con los compromisos adquiridos durante la COP21, en París (Francia), de no aumentar la temperatura promedio del planeta en 2°C.
De los 136 países en el mundo que deben entregar el reporte, Colombia se convierte en el número 39 en hacerlo.
“Hago un llamado al sector privado para que movilice mayores recursos que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático; a la Fiscalía, la Fuerza Pública y las corporaciones autónomas regionales para que respondan a la amenaza de la deforestación, sobre todo en el sur del país; y al Congreso de la República para que ratifique el Acuerdo de París prontamente”, dijo el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo.
Ahora, para darle luz verde al cumplimiento de los compromisos, Colombia necesita invertir. Según los datos disponibles más actualizados, la brecha de financiamiento asociada a cambio climático es de, mínimo, 3,5 billones de pesos anuales. En este momento se están invirtiendo 1,41 billones de pesos aproximadamente, sin incluir recursos propios de las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), institutos de investigación o Parques Naturales Nacionales.
Los sectores de Gestión del riesgo y Ambiente son los que más están invirtiendo (con 542 millones y 450 millones de pesos, respectivamente); mientras que Minería y Educación son los que menos (con tan sólo 2 millones y 162 millones de pesos).
En materia de investigación, están muy atrasados, advierte Franco. Colombia produce menos del 1% de la publicación científica que existe sobre cambio climático. En promedio se publican 137 artículos al año sobre esta temática, mientras que otros países como Brasil producen 300 y Estados Unidos más de 5,000.
“Este es un informe que asusta. Las conclusiones del documento muestran que no estamos tomando en serio el cambio climático”, advierte Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt. “Estamos hablando de un aumento de la temperatura de más de 2°C, y en esas condiciones la funcionalidad ecológica del país se va al basurero. No nos alcanzamos a imaginar el nivel tan espeluznante que implica esa predicción, que, además, cada vez se cumple más rápido. ¿Dónde está la adaptación de los sectores más importantes de la economía colombiana?”, se pregunta.
Este texto apareció originalmente en El Tiempo, puedes encontrar el original aquí.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana