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En las próximas dos semanas, lo que durará la cumbre climática de la ONU, los delegados elaborarán un reglamento para el Acuerdo Climático de París alcanzado hace dos años.
Los negociadores más importantes no llegarán hasta la próxima semana. Pero los políticos ya se están preparando para una batalla entre los delegados que dicen hablar por los Estados Unidos.
Sin embargo, el proceso de retiro del acuerdo lleva tres años, dejando a los Estados Unidos como signatario hasta entonces. El presidente Donald Trump enviará una pequeña delegación a Bonn (Alemania) que tratará de seguir dándole forma a las reglas del acuerdo.
El papel que esta delegación intenta jugar, y qué papel se le debe permitir jugar, fue el tema del debate en el primer día de la cumbre.
Por primera vez, Estados Unidos no estableció un pabellón en la cumbre de la ONU de este año. Pero un grupo de gobernadores estadounidenses, alcaldes y líderes empresariales, llamado la coalición We Are Still In, abrirá el jueves un pabellón del “Centro de Acción Climática de los EE. UU.”. El cual está dirigido por el gobernador de California, Jerry Brown, y el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.
“Es extraño que el gobierno estadounidense no creara un espacio en estas conversaciones para contar la historia de acción climática del país”, dice Lou Leonard, vicepresidente de cambio climático y energía del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). “Entonces, en esta ronda de negociaciones, las noticias reales sobre la acción climática de Estados Unidos serán enviadas al mundo por líderes de negocios, ciudades y estados del país que asistirán a estas conversaciones como una delegación unificada que trabajará en conjunto para acelerar la acción climática en la economía de EE. UU.”
Todo esto significa que habrá dos delegaciones estadounidenses en competencia en la cumbre de este año, lo que ha hecho que la gente se pregunte quién realmente habla por los Estados Unidos.
“Mi opinión es que los delegados subnacionales realmente representan los intereses de los estadounidenses, están más cerca de la opinión pública sobre esto”, dijo Alden Meyer, director de estrategia y política de la Unión de Científicos Preocupados, un grupo que insta a la acción climática, en una conferencia de prensa.
“Pero en el tema de la negociación, bajo nuestro sistema de gobierno, es la rama ejecutiva del gobierno federal la que representa a los EE. UU. en estas negociaciones”, agregó.
Sin ninguna presencia visible de Estados Unidos en Bonn, los delegados están divididos sobre si centrarse más en hablar con la delegación oficial o la no oficial.
Muchos creen que Estados Unidos no terminará por abandonar el acuerdo, por lo que es mejor hablar con la delegación rival por el momento.
“Esto es una aberración, y quienquiera que tome el poder después del presidente Trump restablecerá a los Estados Unidos al Acuerdo de París”, dijo Meyer.
Barbara Hendricks, ministra de Medio Ambiente de Alemania, le dijo al medio DW que cree que la delegación oficial de EE. UU. debería involucrarse.
“Estoy muy complacida, porque el secretario de Estado, Rex Tillerson, tiene una posición muy equilibrada”, dijo Hendricks. “Estoy seguro de que la delegación estadounidense no interrumpirá las negociaciones”.
“El mundo se ha acercado mucho más”, agregó, “especialmente a causa de las grandes tormentas en el Caribe y la salida de los Estados Unidos del Acuerdo de París ha fortalecido la unidad entre los estados”.
Mientras tanto, los países y las instituciones financieras se están alineando para llenar el vacío de poder dejado por los Estados Unidos. China ha estado interesada en intervenir, manteniendo un gran pabellón en la cumbre de este año y asumiendo un papel más enérgico detrás de escena, según fuentes diplomáticas.
La Unión Europea también estará presente, el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel llegarán a Bonn la próxima semana.
Las empresas y las instituciones financieras están más involucradas que nunca, lo que provocó algunas quejas de las ONG’S que creen que fuertes intereses financieros se están apropiando del proceso.
Jonathan Taylor, vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (EIB), dio una conferencia de prensa en Bonn en la que dijo que la institución crediticia pública ha visto un enorme repunte de los compromisos del sector privado en los últimos meses. El banco, que vincula sus préstamos con fuentes privadas, se ha comprometido a proporcionar $116 mil millones para proyectos de acción climática para 2020.
“Estamos en camino de cumplir con nuestro compromiso”, dijo.
El EIB celebrará una mini cumbre con otros prestamistas públicos y privados el jueves en Bonn para hablar sobre cómo aumentar la inversión climática.
Ya sea que las naciones decidan participar con la delegación oficial o no oficial de Estados Unidos, el resentimiento hacia la decisión del país en la cumbre es profundo. La decisión de Trump fue objeto de desprecio en las conferencias de prensa del primer día.
James Hansen, el ex científico de la NASA que ha sido apodado “el padre de la conciencia del cambio climático” debido a sus advertencias tempranas en el testimonio del Congreso en 1988, dio una conferencia de prensa criticando la decisión de Trump y presentando lo último en ciencia climática. Acompañándolo, su nieta Sophie Kivlehan de 18 años que está demandando a Donald Trump y al gobierno de los EE. UU. por su inacción sobre el cambio climático, dijo:
“Adultos, dicen que nos aman, pero los desafío a que sus acciones coincidan con sus palabras. Si continúan persiguiendo sus objetivos egoístas, el resultado será un enorme sufrimiento para sus hijos”.
Este texto apareció originalmente en DW, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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