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Anthony Bourdain quiere que “uses todo y no desperdicies nada”. El famoso chef es la voz detrás de una nueva película-documental llamada “Wasted! The Story of Food Waste“. La película profundiza en uno de los mayores problemas del siglo 21: “la criminalidad del desperdicio de alimentos y cómo está contribuyendo directamente al cambio climático“.
La película comienza con la pirámide de desperdicio de alimentos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), que explica el orden ideal en que se deben usar los alimentos: alimentar a las personas, alimentar el ganado, generar energía, crear un suelo rico en nutrientes e ir al vertedero. Explora cada uno de estos temas en mayor profundidad, con la guía de varios chefs famosos.
Mientras que alimentar a las personas es el trabajo de todos los chefs, Dan Barber es el que se destaca principalmente en la conversación sobre cómo usar los ingredientes de manera más eficiente. El famoso restaurante de Barber, Blue Hill en Stone Barns (Nueva York, EE. UU.), se encuentra en una hermosa granja que proporciona ingredientes para su cocina. Barber no está de acuerdo con el hecho de que no se utilice todo en relación a la carne, mucho menos con las verduras.
Por ejemplo, una coliflor, en términos de biomasa: el 40% es la coliflor en sí misma, mientras que el 60% es de hojas y tallos, es decir, desperdicio.
La idea de alimentar a los animales con restos de comida es intrigante. Esta es la razón por la cual muchas familias tenían cerdos y pollos en el pasado, ya que tiene sentido transformar los alimentos no comestibles en alimentos comestibles. Lamentablemente ahora alimentamos a los animales con el 70% del grano del mundo. Si volviéramos a la forma anterior de hacer las cosas y alimentáramos con el desperdicio de alimentos al ganado, habría suficientes granos para alimentar a 3,000 millones de personas.
Para explorar esto, el chef Danny Bowien fue a Japón, donde los cerdos son alimentados con un ingenioso baño llamado Eco-Food. El cual es rico en bacterias lactobacillus, que elimina la necesidad de antibióticos, y los agricultores ahorran el 50% del costo de la alimentación regular. También, la calidad de la carne es superior.
El desperdicio de alimentos podría generar tremendas cantidades de energía para la humanidad. Algunas compañías, como Yoplait en Tennessee (EE. UU.), han descubierto esto, transformando el suero de leche, un subproducto de la industria del yogur, en electricidad a través de la digestión anaeróbica. Hasta ahora, esta conversión le ahorra a la compañía $ 2.4 millones al año. Como dice un representante de la compañía:
“Toma un producto que nadie quiere y lo convierte en un producto que todos necesitan”.
El compostaje es otra práctica antigua que necesita ser revitalizada. Para esto, la película muestra lo que hace una escuela en Nueva Orleans (EE. UU.), la cual cuenta con un programa de jardinería escolar que le enseña a los niños cómo convertir sus restos de comida en tierra rica en nutrientes. Este conocimiento, junto con la jardinería, tiene el beneficio adicional de mejorar las dietas de los niños. Como señala el chef Mario Batali, los niños están dispuestos a comer si han ayudado a cultivarlo. Y conocer la energía y el arduo trabajo que implica la producción de alimentos hace que las personas no quieran desperdiciarlo.
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El vertedero es un lugar donde la comida nunca debería ir, pero, trágicamente, ahí es donde termina el 90% del desperdicio de alimentos en los Estados Unidos. Es posible que se sorprenda al saber que, en ausencia de oxígeno, se necesitan 25 años para que una lechuga se biodegrade en un vertedero. Mientras se descomponen, el desperdicio de alimentos produce metano, que es un gas de efecto invernadero 23 veces más potente que el dióxido de carbono.
Algunos países se toman este problema muy en serio. Corea del Sur ha introducido leyes que obligan a los hogares a pesar la basura y pagar una tarifa mensual basada en cuánto tiran. Esto ha reducido el desperdicio de alimentos en vertederos en un 30% desde 2013. Estas medidas muestran que el cambio es posible, pero primero tenemos que cambiar la cultura que rodea el desperdicio de alimentos y hacer que se sienta mal, en lugar de aceptarse.
¿Qué puede hacer uno? Los sentimientos de todos los chefs y expertos en desperdicios de alimentos en la película parecen alinearse: comer alimentos reales, cuidar la comida y aprender a cocinar (y comerse las sobras). Ser un ciudadano activo y dirigirse a los supermercados, que el autor y activista Tristram Stuart describe como “la cúspide del poder en nuestro sistema alimentario”. Que es capaz de resolver la mayoría de los problemas de desperdicio de alimentos del mundo de la noche a la mañana, si así lo quisieran.
Lo maravilloso del desperdicio de alimentos es que es accesible para todos. No importa dónde vivas o cuánto ganas. Puedes reducir el desperdicio de alimentos desde tu hogar, y eso marcará la diferencia.
En las palabras de Bourdain:
“¿Por qué te debería importar? Porque estamos en condiciones de hacer algo. Esto tendrá un efecto tangible y beneficioso en el planeta, por lo que no es mucho pedir”.
Este texto apareció originalmente en Treehugger, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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