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El incendio que se desató a unos 100 kilómetros al noroeste de Los Ángeles (Estados Unidos), dejó a su paso más de 182 kilómetros cuadrados arrasados por las llamas, 150 edificios destruidos y la evacuación obligatoria de 27,000 personas.
Según informó el Departamento de Bomberos del Condado de Ventura (VCFD), una persona que huía de las llamas en su vehículo se accidentó y murió, aunque las autoridades indicaron que este fallecimiento está sin confirmar.
Además, uno de los más de 1,100 bomberos que combatieron las llamas resultó herido. El incendio ha obligado a cerrar escuelas, una universidad y varias carreteras y autopistas.
Maybe the craziest thing I have ever seen. Looks like a real life apocalypse.pic.twitter.com/PsTMNnQQCg
— Robbie Fox (@RobbieBarstool) 6 de diciembre de 2017
El incendio avivado por los fuertes y secos vientos, que se prevé se mantengan en los próximos tres días, ya ha arrasado con un edificio de apartamentos y un hospital psiquiátrico.
Para complicar la situación, los vientos impiden que los medios aéreos trabajen, los bomberos confían en que amaine lo suficiente para que aviones y helicópteros logren atajar el avance del incendio, que, según el último reporte, estaba totalmente “fuera de control”.
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De los más de 260,000 hogares que quedaron sin electricidad, cerca de 20,000 no habían recuperado el servicio a consecuencia de la conflagración.
“El crecimiento del incendio ha sido absolutamente exponencial”, declaró en la conferencia de prensa el jefe de Bomberos del condado de Ventura, Mark Lorenzen.
Los “vientos de Santa Ana”, propios de esta temporada del año, están obligando a bomberos a intentar “adelantarse” a su avance, “evacuar a las personas y proteger las estructuras”, explicó Lorenzen.
Sin embargo, la Oficina de Alguaciles del Condado de Ventura (VCSD) reconoció que la fuerza de las llamas ha limitado las operaciones de control del incendio.
El gobernador de California, Jerry Brown, declaró en un mensaje en su cuenta de Twitter que, aunque este fuego se “extiende rápidamente”, seguirán trabajando para “atacarlo con todo lo que tenemos”.
Este fuego tiene lugar en el peor año de incendios forestales desde que se tiene registro en California, debido especialmente a los 250 registrados en octubre pasado en varios condados al norte del estado y que asolaron buena parte de las reconocidas regiones vitivinícolas de Napa y Sonoma.
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Estos fuegos costaron la vida a 44 personas y destruyeron cerca de 8,900 viviendas y estructuras, según el recuento final de la agencia estatal californiana de protección contra incendios Cal Fire.
Al incendio en los condados de Ventura y Santa Paula, que han declarado el estado de emergencia local, hay que sumarle otros tres en el sur de California, en áreas de Los Ángeles, Riverside y San Bernardino.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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