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El Parlamento Europeo (PE) aprobó elevar del 44% al 55% la cantidad de residuos municipales que deben reciclarse a partir de 2025. Los eurodiputados aprobaron varias normas relacionadas con la llamada “economía circular” que buscan la mejora de la gestión de residuos con vistas al beneficio del medio ambiente y la salud humana.
En esos residuos municipales se incluyen los procedentes de hogares y de empresas. En España, con una media de 443 kilos de residuos por persona y año, sólo el 29.7% es reciclado.
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El resto de los desechos (56.7 %) acaba en vertederos, mientras que el 13.6 % se incinera, según datos de Eurostat correspondientes a 2016. El objetivo aprobado por la Eurocámara prevé ya aumentos hasta el 60% en 2030 y hasta el 65% en 2035. También se establece que el 65% de los materiales de embalaje deberán reciclarse antes de 2025, y el 70% antes de 2030.
Asimismo, las nuevas normas establecen objetivos separados para materiales de embalaje específicos, como papel y cartón, plásticos, vidrio, metal y madera.
Las propuestas también van dirigidas a limitar al máximo el uso de vertederos y se establece que para 2035 solo se podrán llevar un máximo del 10% de los residuos. España está en el grupo de países donde más de la mitad de los desechos tiene como destino los vertederos, aunque lejos de Malta (92%), Grecia (82%), Chipre (81%), Rumanía (80%) y Croacia (78.4%).
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Con ese mismo objetivo, los residuos de textiles o de materiales peligrosos de los hogares deberán recogerse de forma selectiva antes de 2025. Para el año 2024, los desechos biodegradables también tendrán que ser recogidos por separado o reciclarse en casa mediante compostaje.
Por lo que respecta a reducir el desperdicio de alimentos, los Estados miembros deberán aspirar a reducir el desperdicio de alimentos un 30% para 2025 y a la mitad en 2030.
Para reducir la cantidad de comida que acaba en la basura, los países tendrán que ofrecer incentivos para la recogida de alimentos no vendidos y para su redistribución en condiciones seguras.
Los eurodiputados subrayaron la necesidad de que los consumidores sean más conscientes del significado de las fechas “de caducidad” y “consumo preferente” incluidas en las etiquetas.
El objetivo de la llamada “economía circular” es reducir al mínimo los residuos, apostando por la reutilización, reparación, renovación y reciclaje de materiales y productos existentes.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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