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Los efectos del cambio climático están alterando la composición de las especies de árboles de la cuenca del Amazonas, que no consiguen ponerse al día con el entorno cambiante causado por el calentamiento global, según un estudio internacional realizado por 103 investigadores de instituciones de 15 países.
El estudio, publicado en la revista Global Change Biology, evalúa el impacto del calentamiento global en miles de especies de árboles de la selva amazónica para descubrir a los ganadores y los perdedores en los últimos 30 años de cambio climático. En el equipo de investigadores está Rafael Herrera, de la Universidad Politécnica de Valencia.
Los científicos utilizaron registros a largo plazo de 106 parcelas de la Red de Inventarios de la Selva Amazónica para rastrear las vidas de árboles individuales en toda la región amazónica y encontraron que los efectos del cambio ambiental global (sequías más fuertes, temperaturas más altas y niveles más elevados de dióxido de carbono en la atmósfera) han afectado lentamente desde la década de 1980 al crecimiento y la mortalidad de especies específicas de árboles.
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En particular, hallaron que las especies de árboles más partidarias de la humedad están muriendo con más frecuencia que otras y que las que se adaptan a climas más secos no pueden reemplazarlas.
“La respuesta del ecosistema se está quedando por detrás de la tasa del cambio climático. Los datos nos mostraron que las sequías que afectaron a la cuenca del Amazonas en las últimas décadas tuvieron graves consecuencias para la composición del bosque, con una mayor mortalidad en las especies de árboles más vulnerables a las sequías y un crecimiento compensatorio insuficiente en las especies mejor equipadas para sobrevivir en condiciones más secas”, explicó Adriane Esquivel Muelbert, de la Facultad de Geografía de la Universidad de Leeds (Reino Unido) y autora principal del estudio.
Por otro lado, los investigadores también encontraron que los árboles más grandes, sobre todo las especies de los niveles superiores de los bosques, están superando a las plantas más pequeñas.
Las observaciones de los científicos confirman la creencia de que las especies en el dosel arbóreo son “ganadoras” del cambio climático, ya que se benefician del aumento del dióxido de carbono, lo que les permite crecer más rápidamente.
Los árboles más dependientes del agua están muriendo y los que se adaptan a climas más secos no pueden reemplazarlos con rapidez.
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Además, indican que los árboles que brotan rápidamente y crecen en los huecos que quedan cuando mueren las especies arbóreas se benefician de la aceleración de la dinámica forestal derivada del cambio climático.
“El impacto del cambio climático en las comunidades forestales tiene consecuencias importantes para la biodiversidad de la selva tropical. Las especies más vulnerables a las sequías tienen un doble riesgo, ya que son las que están restringidas con menos ubicaciones en el corazón del Amazonas, lo que hace que sean más propensas a extinguirse si este proceso continúa”, apuntó Kyle Dexter, de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido).
El estudio resalta la necesidad de poner en marcha medidas estrictas para proteger las selvas intactas existentes porque la deforestación para agricultura y ganadería intensifican las sequías en la Amazonia, lo que agrava los efectos que ya causa el cambio climático global.
Este texto apareció originalmente en ABC, puedes encontrar el original aquí.
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