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La Unión Europea (UE) llegó a un acuerdo político para reducir la contaminación marina causada por los productos de plástico de un solo uso, mediante la prohibición de artículos como los cubiertos, vasos, platos, pajillas o bastoncillos para los oídos hechos de ese material.
La nueva directiva sobre plásticos de un solo uso se basa en las normas existentes sobre desechos pero va más allá al imponer reglas más estrictas para los productos y envoltorios de plástico que se encuentran entre los que más contaminan las costas europeas.
“La basura en el mar es un problema global creciente”, indicó la ministra austriaca de Sostenibilidad y Turismo, Elisabeth Köstinger, cuyo país preside el Consejo de la Unión.
Köstinger recordó que el Foro Económico Mundial, entre otros, advierte de que, por peso, habrá más plástico que peces en los océanos para 2050 si se sigue arrojando al ritmo actual al mar desperdicios de ese material.
Uno de los objetivos principales de la nueva directiva es reducir la cantidad de desechos de plástico que se crea y, en la medida de lo posible, dar prioridad a la prevención y a la reutilización de artículos en lugar de las alternativas de un solo uso.
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Así, la nueva legislación prohibirá en toda la UE los cubiertos, platos y pajillas de plástico, así como los vasos, tazas y contenedores de alimentos hechos de poliestireno expandido para su consumo inmediato o para llevar.
Igualmente serán vetados los productos hechos de plástico oxodegradable, es decir, los materiales que contienen aditivos que promueven la oxidación y que ese plástico se descomponga en microfragmentos.
Ese tipo de plástico contribuye a la contaminación del medio ambiente, no es compostable y afecta negativamente al reciclaje del plástico convencional, recordó el Consejo. Además, serán prohibidos también los bastoncillos de algodón hechos con plástico.
Por su parte, los Estados miembros deberán tomar las medidas necesarias para reducir la cantidad de plástico que se consume en los contenedores de comida o en los vasos para bebidas.
Habrá, asimismo, un objetivo vinculante de al menos un 25% de plástico reciclado para las botellas de bebidas PET desde 2025 en adelante, calculado como promedio por Estado miembro. En 2030, todas las botellas de plástico deberán respetar un objetivo de al menos el 30% de contenido reciclado en su composición.
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En lo que se refiere a las toallitas húmedas, deberán informar a los consumidores en su embalaje si llevan plástico en su composición y sobre el daño que hacen al medio ambiente si no se desechan en una papelera.
Por lo que respecta a los filtros de tabaco que contienen plástico, serán objeto de un “esquema de responsabilidad” por parte de los productores, lo que significa que éstos tendrán que cubrir los costes de la recolección pública de colillas, incluyendo la infraestructura necesaria como receptáculos apropiados en las papeleras.
Los filtros de tabaco hechos con plástico son el segundo artículo de ese material para un solo uso que se desecha en la UE, pero el Consejo indicó que espera que se desarrolle una alternativa “viable” y pidió que se acelere la innovación en ese campo.
La prohibición de plásticos como pajillas, platos, cubiertos o globos, entre otros, para 2021 ha sido calificada por Greenpeace como un paso “importante” frente al “lobby” de la industria del sector, que “ha debilitado y retrasado la ambición inicial de la propuesta y el voto del Parlamento”.
La responsable de la campaña de plásticos de esta organización, Alba García, ha pedido al Gobierno español objetivos “más ambiciosos de inmediato” y que responsabilice a los productores “para que reduzcan de forma drástica la producción de envases de plástico de un solo uso y fomenten los envases reutilizables”.
En este sentido, el director de la ONG Retorna, Miquel Roset, ha señalado que “cada día 30 millones de latas y botellas se pierden y acaban abandonadas en nuestro entorno”.
Roset se ha mostrado “muy contento” con el acuerdo político alcanzado en Bruselas, con el que “recuperaremos el hábito de devolver los envases vacíos a las tiendas”, una práctica que ya está implantada en otros países y que la sociedad apoya por “participar en un sistema tan eficaz”.
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Ecologistas en Acción ha calificado el acuerdo de “positivo”, aunque ha subrayado el “retraso” de cuatro años (del año 2025 al 2029) de la medida que garantice la recogida selectiva del 90% de las botellas de plástico.
La responsable de Recursos Naturales y Residuos de Amigos de la Tierra, Alodia Pérez, calificó la nueva directiva como “un significativo primer paso” y espera que las medidas “estén a la altura” para poder “reducir el uso de productos de plásticos desechables” y asegurar “que los fabricantes pagen por la contaminación que generan”.
Para Amigos de la Tierra, el acuerdo “no responde a la gravedad de la crisis del plástico” y “faltan objetivos vinculantes” que obliguen a los estados miembros a establecerlos en su legislación.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, firmó previsiblemente la directiva, que los Estados miembros dispondrán de dos años para trasponer a sus negociaciones y que deberá entrar en vigor en 2021.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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