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El Open de Australia, primer torneo del Grand Slam del año que se celebrará del 14 al 27 de enero en Melbourne, implementará este año nuevas reglas contra el calor extremo con una mejor medida de la temperatura y de las pausas para evitar molestias.
El torneo adoptó una escala específica de estrés por calor que mide no solo la temperatura, sino también otras variables como la humedad y el viento. Si el calor sube al cuarto grado en esta escala que cuenta con cinco, los árbitros podrán decretar una pausa de 10 minutos después de dos sets en los partidos femeninos y después de tres en los masculinos. Y si se alcanza el quinto grado, el partido puede ser interrumpido.
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Carolyn Broderick, directora médica de la federación australiana, explicó que la escala fue diseñada para mostrar los límites de la capacidad del cuerpo de un atleta para refrescarse, dependiendo de la producción de sudor y la temperatura corporal.
“La escala también tiene en cuenta las variaciones fisiológicas entre los atletas adultos, los atletas discapacitados y los juveniles, al tiempo que integra los cuatro factores climáticos: la temperatura del aire, el calor de la radiación –en otras palabras, el poder de los rayos solares–, la humedad y la velocidad del viento”, detalló.
En ediciones anteriores, el juego podía interrumpirse o cerrarse el techo si la temperatura excedía de los 40 grados y el termómetro de los 32.5 grados, según una medición del Instituto Meteorológico Nacional.
La ola de calor se convirtió en un problema cada vez más difícil de gestionar para el torneo de Melbourne, que se celebra en pleno verano austral.
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En 2018, el francés Gael Monfils tuvo un desfallecimiento por los efectos del calor durante el segundo set de su partido de la segunda ronda contra el serbio Novak Djokovic y acusó a los organizadores de haber “tomado riesgos”. Su oponente dijo que las condiciones estaban “justo en el límite”.
“Tengo la impresión de que están a la espera de una tragedia”, lanzó la francesa Alize Cornet para protestar por los partidos programados justo después del mediodía, cuando más aprieta el calor.
La edición 2014, con un récord negativo de retiradas, es recordada por todos como un auténtico horno. El canadiense Frank Dancevic se desmayó sobre la cancha tras haber tenido alucinaciones en las que dijo haber visto a Snoopy durante su partido contra el francés Benoit Paire y aseguró que se jugó bajo condiciones “inhumanas”. El chino Peng Shuai vomitó durante otro partido por los efectos del calor y el esloveno Blaz Kavcic tuvo que ser puesto en observación después de un partido de casi cinco horas.
Este texto apareció originalmente en Mundo Deportivo, puedes encontrar el original aquí.
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