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Una intensa tormenta de nieve arrasó las regiones de las Grandes Planicies y el Medio Oeste de Estados Unidos el pasado 11 de abril, donde aproximadamente 200 millones de personas se vieron afectadas por el cierre de carreteras y aeropuertos, además del desborde de ríos y el corte de servicios eléctricos.
La tormenta catalogada como “bomba ciclónica”, fue similar a la que ocurrió el 13 de marzo en la misma región, la cual dejó daños millonarios y al menos cuatro muertos, desatando una gran cantidad de nieve principalmente en Nebraska y Dakota del Sur, por lo que no se han recuperado de las inundaciones provocadas anteriormente.
El aeropuerto internacional de St. Paul, en Minneapolis, Minesota, tuvo que ordenar a sus aviones que permanecieran en tierra hasta que la tormenta pasara. Al igual que el aeródromo de Denver, Colorado, 183 vuelos fueron cancelados y 44 sufrieron atrasos por el mal tiempo.
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El gobernador de Colorado, Jared Polis, solicitó que las principales rutas interestatales permanecieran cerradas. Mientras que el gobernador de Nebraska, Pete Ricketts, pidió a los residentes que no circularan por las calles debido a los fuertes vientos de hasta 100km por hora. También se cerró la Interestatal 80, ya que la acumulación de nieve llegó a tener un grosor de 30 a 60 centimetros.
En las zonas de sureste y centro-sur de Nebraska, se produjeron fuertes lluvias y granizo, por lo que Ricketts extendió la declaración de zona de desastre para su estado hasta el 15 de mayo.
En Dakota del Sur, al menos 10,000 hogares y negocios quedaron sin electricidad, debido a los postes derribados por la tormenta y la caída de árboles sobre el cableado eléctrico. Sus carreteras también permanecen cerradas ya que se han reportado varios accidentes en la zona.
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Además, en Iowa, la tormenta mezclada con el deshielo de la primavera generó nuevas inundaciones en la cuenca del río Missouri y sus tributarios. Los daños estimados reportaron destrucción de propiedades pérdida de ganado y cosechas valuadas en más de 3,000 millones de dólares, según los medios locales.
“Consideramos que esta es una tormenta histórica por la fuerte y amplia nevada. Vamos a alcanzar nuevos récords”, comentó Mike Connely, del Servicio Meteorológico Nacional (NWS) de Aberdeen, Dakota del Sur.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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