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Cada año aproximadamente cuatro millones de niños y niñas desarrollan asma como resultado de la contaminación en el aire producido por automóviles y camiones, lo cual equivale a 11,000 casos nuevos por día, según un estudio histórico encontrado.
La mayoría de casos nuevos ocurren en lugares donde los niveles de contaminación se encuentran por debajo del límite según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que sugiere que el aire tóxico es aún más dañino de lo que la mayoría cree.
En países como China y la India, los niveles de contaminación han llegado a niveles drásticos; al igual que en Reino Unido y Estados Unidos, donde la polución del tráfico forma parte de un cuarto de la contaminación que se produce, según los investigadores, lo cual ha causado un aumento en los casos de asma infantil.
Ciudades como Nueva York y Los Ángeles se encuentran catalogadas entre las 10 peores ciudades de 125 evaluadas. Los niños son especialmente vulnerables al ser expuestos a este aire tóxico a tal punto que pueden quedar con atrofia en los pulmones.
Una investigación publicada en la revista Lancet Planetary Health, es la primera evaluación global del impacto de humo de tráfico en el asma infantil basado en datos de contaminación de alta resolución.
“Nuestros hallazgos sugieren que millones de nuevos casos de asma pediátrica se podrían prevenir reduciendo la contaminación del aire”, dijo la profesora Susan Anenberg, de la Universidad George Washington en Estados Unidos.
El dióxido de nitrógeno (NO2) es producido en gran parte por los vehículos a base de diesel, muchos de los cuales emiten mucho más de lo permitido en la carretera.
“Mejorar el acceso a formas de transporte más limpias, como el transporte público electrificado, el ciclismo y caminar reducirían el asma, mejoraría la condición física y reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero”, según Anenberg.
El estudio combinó datos detallados de contaminación y NO2 con tasas de incidencia de asma y estadísticas de población. Muchos estudios grandes ya han demostrado un fuerte vínculo entre la contaminación del tráfico y el asma infantil, lo cual produce una inflamación perjudicial para la salud. Dicha información sobre los riesgos se utilizó para calcular el número de nuevos casos en todo el mundo.
“Debido al peso de la evidencia, es probable que exista una fuerte relación causal entre la contaminación del tráfico y la incidencia del asma infantil”, comentó Ploy Achakulwisut, Autor principal del estudio en la Universidad de George Washington. “Por lo tanto, podemos estar seguros de que la contaminación del tráfico tiene un efecto significativo en la incidencia del asma infantil”.
La evidencia epidemiológica de que el NO2 es el contaminante clave es la más fuerte, sin embargo, los investigadores no pueden descartar que otros contaminantes también bombeados por vehículos, como partículas diminutas, también son un factor.
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Según el profesor Rajen Naidoo de la Universidad de KwaZulu-Natal, en Sudáfrica, uno de cada ocho casos nuevos se debe a la contaminación del tráfico. “Un resultado importante de este estudio es la evidencia de que las normas actuales de la OMS no protegen contra el asma infantil”.
El país con la tasa nacional más alta de asma infantil atribuida a la contaminación del tráfico es Corea del Sur, con casi un tercio de todos los casos nuevos atribuidos a los vehículos. Japón y Bélgica están dentro del top 10, además de seis naciones del Medio Oriente.
Debido a su alta población y niveles de contaminación, los tres países principales para el número total de niños nuevos que contraen asma cada año son China (760,000), India (350,000) y Estados Unidos (240,000). Ademas, los científicos dijeron que su investigación puede subestimar los niveles reales en muchas naciones más pobres donde el asma a menudo no se diagnostica.
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“Si bien es importante que los padres intenten reducir la exposición individual, quizá evitando lo más posible las carreteras altamente congestionadas, no todos pueden hacerlo”, comentó Achakulwisut, “por lo tanto, es importante solicitar inicicativas políticas para hacer frente a la contaminación a nivel de ciudad, estado y nacional”.
“La buena noticia es que la transición a los vehículos de emisiones cero ya está en marcha”, dijo. Algunos países y ciudades se comprometen a eliminar gradualmente los motores de combustión interna y se están implementando políticas como la nueva zona de emisiones ultra bajas de Londres. “Pero esta transición necesita volverse global, y debe suceder más rápido. Cada año de retraso pone en peligro la salud de millones de niños en todo el mundo “.
Penny Woods, directora ejecutiva de la British Lung Foundation, dijo: “Solíamos pensar que el único peligro real que representan las carreteras para los niños es la amenaza de un accidente automovilístico. Sin embargo, ahora podemos ver que existe un riesgo igualmente mortal: respirar la contaminación del aire. Con razón, ha habido un gran esfuerzo para reducir los accidentes de tráfico y necesitamos ver un compromiso igual para reducir el aire tóxico “.
Este texto apareció originalmente en The Guardian, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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