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Si no revertimos los efectos del cambio climático y la temperatura del planeta asciende dos grados, ciudades como Qatar podrían resultar inhabitables de cara a 2100. De hecho, las elevadas temperaturas actuales hacen que el 60% de la electricidad del país se destine a mantener los sistemas de aire acondicionado. Como resultado, los qataríes pueden cenar en una terraza en agosto, pero a costa de continuar incrementando los gases efecto invernadero.
Aire acondicionado en la calle. El mundial de atletismo celebrado a finales de septiembre generó mucha controversia, entre otras cosas, por el calor que hacía. Con una temperatura entre los 35°C y los 40°C la organización se vio obligada a instalar un sistema de aire acondicionado en uno de sus estadios para salvar la competencia. ¿Resultado? La sensación térmica dentro del recinto pasó de los 38 grados que había fuera a unos agradables 23.
Esta práctica se está extendiendo cada vez más a centros comerciales al aire libre, mercados o incluso aceras. En verano, la temperatura nocturna se mantiene entre los 38°C y los 40°C con unos niveles de 85% de humedad, lo que hace que la vida al aire libre no sea muy llevadera.
Tanto la zona geográfica como la humedad del ambiente que existe debido a las aguas del golfo Pérsico, provocan que, de forma natural, la temperatura en este punto de la península arábiga sea más elevada que en otras partes del planeta. Según ha explicado el director del Instituto de Investigación de Energía y Medio Ambiente de Qatar al Whasghinton Post, si el cambio climático eleva finalmente la temperatura del planeta dos grados, dadas las condiciones actuales, la temperatura media de Qatar ascendería de 4 a 6 grados.
Tal es la preocupación en torno al aumento de las temperaturas de Qatar que la FIFA finalmente accedió a celebrar el mundial de fútbol del 2022 entre noviembre y diciembre cuando habitualmente transcurre entre los meses de junio y julio. A pesar de que en otoño las temperaturas son más suaves, de máximas de 30°C y mínimas de 24°C.
Dado este contexto y las críticas recibidas tras el mundial de atletismo, la organización no quiere que el clima suponga ningún problema y por eso está volcada en buscar más soluciones similares a la refrigeración de los estadios.
Qatar puede presumir (para mal) de ser el país que mayor cantidad de gases efecto invernadero per cápita produce. Y esto no solo nace de la rápida industrialización que ha vivido el país, sino también del uso desmesurado del aire acondicionado. Aproximadamente el 60% de la electricidad en Qatar es utilizada para enfriar el ambiente y esto supone un problema también a medio largo plazo.
Las plantas de gas natural que producen la electricidad que necesitan los sistemas de aire acondicionado incrementan las emisiones de CO2 y, por ende, la cantidad de gases efecto invernadero y fortaleciendo la boina de contaminación que no deja salir el calor.
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Para este año, y de no revertirse los efectos que hoy ya se están experimentando en Qatar, ésta y otras ciudades de Oriente Medio podrían resultar inhabitables en verano. Según el estudio de la Universidad Loyola Marymount publicado en Nature en 2015 y que evalúa “la temperatura del bulbo húmedo”, un valor que nace de combinar la temperatura del ambiente y la humedad.
La labor de los investigadores del estudio consistió en observar cómo afectarán los gases efecto invernadero a la temperatura del bulbo húmedo. Actualmente, en la región del Golfo Pérsico la temperatura del bulbo húmedo solamente alcanza los 31ºC en los días más extremos.
Sin embargo, se cree que en 2100 los 31ºC serán la tónica habitual en verano y los 35ºC la temperatura que alcanzará el bulbo húmedo en los días más calurosos. ¿Problema? Los científicos aseguran que esa temperatura es letal para los humanos.
Este texto apareció originalmente en Magnet, puedes ver el original aquí.
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