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Cocinar con combustibles como el carbón y la leña produce altos niveles de dióxido de carbono, además de contribuir a la deforestación y al cambio climático.
Más de 21,500 kenianos mueren cada año por cocinar con combustibles tradicionales como el carbón y la leña, según mostraron nuevos datos del gobierno, cuando las autoridades se comprometieron a cumplir un objetivo global de acceso universal a la energía limpia para cocinar en 2030.
Los riesgos para la salud fueron mayores en las zonas rurales, donde el 90% de los hogares usan estufas de leña, en comparación con el 70% en todo el país, según la primera encuesta de hogares de Kenia sobre el uso de energía en la cocina realizada por el ministerio de energía y la Asociación de Cocina Limpia de Kenia.
También descubrió que el 80% de los hogares dependía únicamente de carbón o leña como combustible principal para cocinar, con 68 mil millones de chelines ($660 millones) de carbón consumido cada año.
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El ministro de energía de Kenia, Charles Keter, dijo que la situación era “grave” y pidió un mayor enfoque en proporcionar opciones de energía limpia, como gas y electricidad, a los pobres.
“Estos datos subrayan la gran exposición a contaminantes nocivos que representan alrededor de 21,560 muertes anuales”, dijo, al lanzar la encuesta en una conferencia sobre cocina limpia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que 3,000 millones de personas en todo el mundo cocinan con combustibles sólidos como el carbón y el carbón en fogatas o estufas tradicionales, produciendo altos niveles de monóxido de carbono, que mata a unos cuatro millones de personas al año.
Los países se han comprometido a garantizar el acceso universal a energía limpia y moderna para cocinar para el año 2030 como parte de 17 objetivos de desarrollo global, pero los bajos niveles de inversión en el sector de la cocina limpia están obstaculizando el progreso.
El uso generalizado de combustibles sucios también contribuye al cambio climático y la deforestación, según los expertos en energía.
Los funcionarios del gobierno dijeron que Kenia se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 30%, donde la cocina limpia representará aproximadamente el 14%, en virtud del acuerdo de París sobre el cambio climático, y espera alcanzar este objetivo para 2028.
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Rohit Khanna, del Programa de Asistencia para la Gestión del Sector Energético del Banco Mundial, dijo que era un sector “huérfano” e “invisible”, ya que los más afectados eran las mujeres y los niños pobres.
“No es aceptable como una cuestión de dignidad humana, de salud pública, de daño ambiental, de igualdad de género y de daño económico, que el acceso a la cocina limpia siga siendo un objetivo fallido”, dijo Khanna.
“La mitad de los cuatro millones de personas que mueren cada año son niños menores de cinco años. Sin embargo, si las tendencias actuales continúan, 2,200 millones de personas aún no tendrán acceso a los servicios modernos de cocina energética para 2030”.
El número de kenianos asesinados por estufas y combustibles sucios es el doble que el de Uganda, que tiene una población de tamaño similar, según Clean Cooking Alliance, que está promoviendo la reforma.
Este texto apareció originalmente en Reuters, puedes ver el original en inglés aquí.
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