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La contaminación del transporte y la calefacción representa aproximadamente un tercio de todas las emisiones alemanas y apenas ha disminuido en esta década.
Los políticos de los 16 estados de Alemania han llegado a un acuerdo preliminar para aumentar en más de un 100% un impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono del transporte y la calefacción, según un documento.
Los consumidores de la mayor economía de Europa ahora se enfrentan a un recargo de 25 euros la tonelada en lugar de los 10 euros la tonelada inicialmente propuestos. La prima de contaminación aumentará a 55 euros para 2025, un salto de casi un 60% respecto a la propuesta original.
Se enfrentan a un recargo de 25 euros la tonelada en lugar de los 10 euros la tonelada inicialmente propuestos.
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Los responsables políticos se unieron al lobby de eléctricas BDEW y al World Wildlife Fund para exigir que el coste de la contaminación se ajuste más a los precios del mercado, donde los permisos del carbono según el sistema de negociación de la Unión Europea actualmente cotizan a unos 24 euros la tonelada. El Gobierno de la canciller Angela Merkel inicialmente había evitado introducir la tarifa más alta debido al riesgo de una reacción política de los consumidores que enfrentan mayores costes de gas y calefacción.
Dos de los grupos de presión más poderosos de Alemania, el grupo industrial BDI y la federación de servicios públicos BDEW, dijeron que estaban en contra del plan para aumentar los costos de emisiones. La medida “dañaría drásticamente la competitividad de la economía”, dijo BDI en un comunicado.
El Gobierno utilizará los ingresos adicionales para reducir el costo de la energía minorista que se ha incrementado debido a los recargos por energía limpia, según el documento. Alemania también reducirá el impuesto al valor agregado a los viajes en tren a partir de 2020 y aumentará las devoluciones fiscales para los viajeros que viven a largas distancias de su lugar de trabajo.
El Ministerio de Finanzas calculó originalmente ingresos de 3,600 millones de euros en 2021, una cifra que podría duplicarse con el nuevo precio.
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Los gravámenes más altos, con el objetivo de acelerar la adopción de tecnologías de transporte y calefacción más eficientes y ecológicas, aún podrían acarrear riesgos políticos. Las protestas de los “chalecos amarillos” en Francia se iniciaron por el aumento de los impuestos. La creciente popularidad del partido Alternativa para Alemania, que se opuso a los cargos, influyó en el enfoque inicial cauteloso de Berlín.
La Energiewende, o transición energética subsidiada de Alemania, que comenzó hace dos décadas, supuso uno de los mayores cambios en la riqueza desde la Segunda Guerra Mundial, dijo el gobernador del estado de Brandeburgo, Dietmar Woidke. Los propietarios de viviendas que invirtieron en energía solar y eólica recibieron apoyo estatal, mientras que muchos de los millones de alemanes que alquilan viviendas quedan excluidos.
Se espera que los ingresos procedentes de la venta de permisos de emisiones tanto de la plataforma europea ETS como del programa nacional de permisos de CO2 financien hasta dos tercios del amplio Programa de Protección Climática 2030 de 54,000 millones de euros de Alemania, presentado en septiembre.
Este texto apareció originalmente en La Vanguardia, puedes ver el original aquí.
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