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El “compostaje humano” para funerales ecológicos cada vez está más cerca, con una empresa estadounidense que afirma estar lista para ofrecer el servicio comercialmente a partir del próximo diciembre en el estado de Washington.
La empresa, llamada Recompose, completó recientemente un estudio piloto con los cadáveres de varios voluntarios y dice que el proceso de transformar los restos humanos en abono orgánico se puede completar de manera segura en 30 días.
Según la compañía, el proceso permite ahorrar más de una tonelada de carbono, en comparación con las cremaciones o los entierros tradicionales.
Y en declaraciones exclusivas a la BBC, la directora ejecutiva y fundadora de Recompose, Katrina Spade, dijo que las preocupaciones sobre el cambio climático han hecho que numerosas personas ya hayan mostrado interés en ese servicio.
“Hasta la fecha, unas 15,000 personas se han suscrito a nuestro boletín. Y la legislación para permitir esto en el estado de Washington recibió apoyo bipartidista, lo que le permitió ser aprobada a la primera”, agregó.
“El proyecto ha avanzado así de rápido debido a la urgencia del cambio climático y la conciencia de que debemos corregirlo”.
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Spade habló luego de la presentación de los resultados del estudio científico sobre el proceso de compostaje, que Recompose llama “reducción orgánica natural”, durante una reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia en Seattle.
En una de las pocas entrevistas concedidas desde que anunció los detalles del proyecto hace un año, Spade contó que la idea se le ocurrió hace 13 años, cuando comenzó a reflexionar sobre su propia mortalidad (aunque para ese entonces solo tenía 30 años).
“Cuando muera, a este planeta, que me ha protegido y apoyado toda mi vida, ¿no debería devolverle lo que me queda? Es lógico y también hermoso”, dijo del proyecto de transformar los restos humanos en abono orgánico.
Spade distingue entre “descomposición” y “recomposición”: lo primero ocurre cuando un cuerpo no ha sido enterrado y la recomposición describe un proceso de integración con la tierra.
Y según la directora de Recompose, la reducción orgánica natural permite evitar la liberación en la atmósfera de 1.4 toneladas de carbono en comparación con la cremación. También cree que hay un ahorro similar si se la compara con un entierro tradicional y se toma en cuenta el transporte y la fabricación del ataúd.
“Para muchas personas, esta alternativa encaja con la forma en que tratan de llevar sus vidas. Quieren elegir un plan de atención de la muerte acorde con la forma en que viven”, explicó.
La metodología piloteada por Recompose consiste en colocar el cuerpo en un recipiente cerrado que contiene astillas de madera, alfalfa y paja. El cuerpo también se hace girar lentamente para permitir que los microbios lo descompongan de forma pareja.
Treinta días después, los restos están disponibles para que los parientes los esparzan entre las raíces de árboles o plantas.
Es un proceso sencillo, pero se necesitaron cuatro años de investigación científica para perfeccionar la técnica, tarea que corrió a cargo de la profesora Lynne Carpenter Boggs, una experta en suelos.
El compostaje de ganado es una práctica bien establecida en el estado de Washington, y la tarea de la profesora Carpenter Boggs fue adaptarla a sujetos humanos y garantizar que los restos fueran seguros para el medio ambiente.
Para ello realizó estudios piloto con seis voluntarios que habían dado su entusiasta consentimiento a la investigación antes de su muerte, lo que sin embargo no evitó que el trabajo tuviera un profundo efecto emocional en ella y su equipo.
¿Qué ocurre con los cuerpos que se donan a la ciencia?
“Todos nos interesábamos constantemente por el estado de los otros. Mi fisiología se sentía diferente, no dormía bien durante algunas noches, no tenía hambre, era una respuesta de angustia”, le contó a la BBC.
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Durante su estudio, Carpenter Boggs descubrió que los cuerpos en recomposición pueden alcanzar temperaturas de hasta 55°C.
“Estamos seguros de que se consigue destruir la gran mayoría de organismos causantes de enfermedades y productos farmacéuticos debido a las altas temperaturas que alcanzamos”, expuso.
Recompose comenzará operaciones a finales de este año y cualquiera puede participar, aunque el proceso solamente es legal en el estado de Washington.
La legislación para permitir la reducción orgánica natural ya está siendo considerada en Colorado, y Spade cree que será cuestión de tiempo antes de que esté más ampliamente disponible en EE.UU. y otros países.
“Esperamos que otros estados recojan la idea una vez que comencemos en Washington. Y también hay mucho entusiasmo en Reino Unido y otras partes del mundo, por lo que esperamos abrir sucursales en el extranjero en cuanto sea posible”, manifestó.
Este texto apareció originalmente en BBC, puedes ver el original aquí.
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