Freddy Espejo: impulsando la sostenibilidad urbana
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- Escrito por Mónica Gálvez - Fotos por Freddy Espejo
Freddy es un ingeniero ambiental de Bolivia, quien ha demostrado varias formas de utilizar los residuos sólidos y orgánicos como una oportunidad de empleo.
Con tan solo 19 años, Freddy comenzó a trabajar en el ámbito ambiental y de residuos sólidos en la ciudad de La Paz, Bolivia, en el oficio de barrendero.
“Volví a la Paz después de mi servicio militar, conocí a mi esposa y tuvimos a mi primera hija. Yo no tenía alguna profesión u oficio, por lo que el único trabajo que había disponible fue ser barrendero de la ciudad de La Paz, no era bien pagado , pero me puse a barrer y era tremendamente agotador”, cuenta Freddy.
Sin embargo, eso no lo detuvo, ya que desde el inicio, Freddy comenzó a evaluar cómo funcionaba el sistema de limpieza y los resultados de los actuales programas en la ciudad. Fue así como comenzó a desarrollar su primero proyecto, el cual consistió en un un sistema de rutas de barrido.
“Empecé a hurgar en internet y saqué una imagen satelital de La Paz, pinté las calles y tomé en cuenta el tráfico vehicular, circulación peatonal y cómo optimizar el servicio de aseo urbano. Lo presenté a mi superior y me dijo que yo solamente estaba programado para barrer, que él era el ingeniero y que no me metiera en su trabajo”.
Después de que le rechazaran el proyecto, Freddy fue transferido a otra área de trabajo, donde durante una jornada de limpieza en los camiones resultó lesionado. Durante su recuperación, fue transferido nuevamente al área de limpieza de oficinas, donde pudo observar el sistema de intercomunicadores de la empresa que registra toda la actividad de limpieza en las calles, aprendiendo más sobre el manejo de residuos.
Poco después fue trasladado nuevamente al área de aseo urbano, esta vez en los vehículos que trasladaban contenedores de basura hasta el relleno sanitario de la ciudad.
“Ahí fue cuando vi, durante un turno que me tocó hacer de noche, que la basura botaba fuego, eran como unas velitas prendidas en el relleno sanitario. Se me prendió el chip en la cabeza y dije, ese fuego puede ser utilizado. Si captamos este fuego podemos distribuirlo en una pequeña parte de la ciudad y así no desperdiciaríamos esta energía”, cuenta Freddy.
Fue así como desarrolló su segundo proyecto, recolectando basura por su casa y seleccionándola por las noches, llevándola a su casa y hacer experimentos de biogas.
“Hice un pequeño digestor con botellas de gaseosa y otros a mayor escala en tanques de 200 litros y funcionó. Pero no tenía estudios académicos, no tenía nada, así que no me hicieron caso, me mandaron a radioperación de nuevo y a la limpieza de oficinas”.
A pesar de estar desmotivado por no ser escuchado, Freddy logró destacar entre los superiores de la empresa de limpieza, llegando a conocer a uno de los gerentes generales que descubrieron su propuesta de ruta de rutas de barrido.
“Mi plan era reducir de 35 obreros a 25 y así, ampliar la cobertura de servicio urbano. Mi supervisor anterior se había robado mi trabajo y estaba tratando de defender el tema, cuando me llevaron a mi los superiores de la empresa a explicar el trabajo”.
“Ahí entendí que el tema de los residuos sólidos puede ser una gran oportunidad de trabajo, de generar fuentes de empleo realmente sostenibles con el medio ambiente”.
Debido a su falta de estudios, la empresa le dio la oportunidad de estudiar en el extranjero y continuar trabajando, logrando asistir a la Universidad Bolivariana en Venezuela, donde comenzó sus estudios en ingeniería en gestión ambiental en 2009.
Gestión ambiental
Al volver a Bolivia, Freddy trabajó en un municipio donde no sabían de manejo de residuos sólidos y desechos que recogían donde las 11 toneladas de basura terminaban en el río.
“Tuve que hacer de todo otra vez, desde ser barrendero, hasta ser el chofer de la volqueta”.
A partir de este trabajo, logró crear una pequeña empresa que sigue activa en la actualidad, junto con unas señoras que se hicieron socias, comenzaron a trabajar en el negocio de reciclaje.
También descubrió cómo crear una resina para muebles a base de aserrín reciclado, el cual comenzó a vender. Al volver a La Paz, la empresa con la que trabajaba cerró, dándole una indemnización, la cual utilizó para crear otra empresa llamada Recojo (Responsabilidad Ecológica de Jóvenes), creando escobas de botellas pet.
“Las cerdas están hechas de esas botellas, le dábamos empleo a los indigentes de la ciudad para que trajeran botellas de vidrio y plástico, pero no les pagábamos, les dimos ropa y comida que yo cubría con esos gastos. Venían, comían, se bañaban y se iban”.
Sin embargo, debido a un problema de patente, la empresa se encuentra estancada sin poder producir más de sus productos.
Freddy terminó sus estudios de ingeniería ambiental en la Universidad Tecnológica Boliviana, donde actualmente es catedrático. Además, su tesis consistió en analizar los envases plásticos como factor de riesgo para la proliferación de mosquitos con enfermedades, la cual fue publicada en varias revistas científicas.
Actualmente, trabaja también en un proyecto con lombrices californianas, las cuales generan humus que puede ser aprovechado como fertilizante orgánico en los suelos, consiguiendo la materia prima de la basura.
Fuente de empleo sostenible
“Mi compromiso personal es limpiar todo lo que he ensuciado cuándo no pensaba en comunidad, limpiar las calles, ríos y plazas para que mis hijos tengan por lo menos lo que yo he tenido”.
Del 2016 al 2017, Freddy ejerció como asesor general de la Cámara Parlamentaria de Diputados de la Vicepresidencia del Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, logrando gestionar el sistema de residuos en el país.
“Logré implementar la ley 755, la ley nacional de residuos sólidos en Bolivia, que está enfocada en la responsabilidad del usuario, el que más genera, más tiene que pagar”.
En honor a sus compañeros de Aseo Urbano, logró establecer que cada 15 de abril, los trabajadores de aseo urbano pueden cobrar un día sin trabajar o recibir el doble de salario si laboran, esto con el objetivo de recordar su sacrificio para la sociedad boliviana.
“Siempre que puedo estoy enseñando sobre el medio ambiente, a mis estudiantes les pregunto qué es el medio ambiente y no saben. Ellos piensan que el bosque y los ríos son el medio ambiente, pero no, es donde estamos”, cuenta Freddy.
Entre sus futuros proyectos, Freddy espera poner una empresa de aseo urbano donde pueda promover al personal y que este sea socio de la misma empresa. Su visión es que la basura no sea vista como un problema, sino como una oportunidad de generar más empleos.
“La basura nunca se va acabar, pero si sabemos diferenciar entre lo seco de lo mojado, lo orgánico de lo inorgánico y sabemos devolver lo natural a donde pertenece, podremos crear abonos o biofertilizantes y vamos a comer sano. Eso es la soberanía y seguridad alimentaria”.
“Creo que la acción que realizo para proteger y motivar a los jóvenes que quizá empezaron como yo, encerrados en un mundo que no pueden cambiar, decirles que sí se puede, que simplemente tienen que cambiar su chip”.