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El Concejo aprobó el proyecto que busca aumentar los esfuerzos para proteger el agua, disminuir las altas concentraciones de dióxido de carbono y promover energías renovables. Son 10 mandatos que se deben tener en cuenta en la estructuración del POT, el código de construcción y la renovación de las flotas del sistema de transporte público.
Con 34 votos a favor, la plenaria del Concejo de Bogotá aprobó el proyecto con el que se declara la emergencia climática en Bogotá y así establecer objetivos específicos para la mitigación y adaptación al cambio climático, entre los que se encuentra la protección de los recursos hídricos, la reducción de la concentración del dióxido de carbono y la promoción de las energías renovables.
Los ponentes Manuel Sarmiento (Polo) y Óscar Ramírez (Centro Democrático) hicieron un llamado a los diferentes sectores trabajar en contra del cambio climático, para lograr que con este proyecto la ciudad marque una pauta en América Latina como la primera ciudad en implementar este tipo de estrategias a favor del ambiente.
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Por su parte, la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia, agradeció a la autora del proyecto, Susana Muhamad (Colombia Humana) y a los ponentes y resaltó que se hayan impuesto medidas y metas estrictas para que el proyecto no solo quede en el discurso.
“Sin duda, nos impone tareas, actividades y obligaciones con una vara muy alta, pero que nos dejará en una posición mucho más fuerte y robusta para enfrentar este enorme reto de toda la humanidad”.
La declaratoria no sólo lanza una alerta sobre las condiciones en que se encuentra la ciudad y que requieren de la atención inmediata de la administración sino que además cuenta con diez declaratorias dentro de las cuales se incluyen una serie de estrategias y acciones por cumplir hasta el 2030.
Entre estas hay temas que serán claves y deberán replantearse dentro del Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Por ejemplo, la declaratoria pide ordenar el territorio a través del agua, “para lo que se necesita respetar los valles aluviales y los ríos, en los casos de los planes de construir cerca al río Bogotá, de canalizar o expandir la ciudad hacia estos lugares. Ahora se deberá ahora evaluar la estructura ecológica principal y las necesidades de crecimiento”, indicó Muhamad.
Este texto apareció originalmente en El Espectador, puedes ver el original aquí.
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