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El petróleo tuvo un gran impacto en el siglo XX. En los próximos años, la electricidad fotovoltaica más barata cambiará radicalmente el suministro energético mundial.
“Estamos experimentando un cambio considerable en los mercados eléctricos del mundo”, dice Christian Breyer, profesor de economía solar en la Universidad LUT de Finlandia y experto en energía global. La electricidad procedente de las grandes plantas de energía solar es ahora más barata que el precio medio en el mercado de la electricidad: “En India, por ejemplo, las centrales eléctricas de carbón están siendo reemplazadas, porque no tienen ninguna posibilidad económica frente a la fotovoltaica”. Según Breyer, esta tendencia se intensificará en los próximos años.
Al mismo tiempo, los costos de almacenamiento de las baterías están disminuyendo. Breyer está seguro de que “veremos cambios significativos en el mercado en la segunda mitad de esta década. Se trata de grandes centrales fotovoltaicas con baterías. Luego abarcarán mayores cuotas de mercado de la electricidad. Eso significa que será aún más difícil para las centrales eléctricas convencionales”.
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En la revista especializada Science, Breyer describe los pilares del desarrollo futuro junto con más de 40 investigadores solares internacionales. Hoy en día, los módulos solares en tejados y parques solares generan poco más del tres por ciento de la demanda mundial de electricidad. “En 2030 probablemente será del 35%”, dijo Breyer.
Los expertos asumen que la producción mundial de sistemas fotovoltaicos aumentará de los actuales 730 gigavatios (GW) a alrededor de 10,000 gigavatios (GW) para 2030; y para 2050 incluso de 40,000 a 70,000 GW.
La energía solar solía ser cara y es una de las razones por las que para muchos es difícil imaginar que será probablemente la energía dominante de este siglo: “Son barreras mentales y hay que eliminarlas ahora”, afirmó Breyer. “Es la fuente de energía más barata del mundo, con algunas excepciones: en algunos lugares, la energía eólica es un poco más barata”, matizó.
Hoy, según Breyer, la energía solar de nuevas grandes centrales eléctricas en países con buenas condiciones de radiación cuesta alrededor de 2.5 céntimos de euro por kilovatio hora (kWh). En países con menos sol como Alemania, es alrededor de un céntimo más. Y en las “mejores ubicaciones del mundo”, como el desierto de Atacama en Chile, es incluso más barata, dos céntimos de euro por kWh, según dijo Breyer en una entrevista con DW. A modo comparativo: la generación de electricidad en nuevas centrales eléctricas de carbón, gas natural y nuclear es considerablemente cara en la UE: entre 6 y 19 céntimos por kWh.
Aunque los coches eléctricos siguen siendo relativamente caros en la actualidad, el abandono del petróleo en el transporte ya ha comenzado. La caída de los precios de las baterías hará que los vehículos sean más y más baratos en el futuro. Y debido a que los motores eléctricos son particularmente eficientes, según la comparación de costos shecha por el Automóvil Club Alemán (ADAC), muchos autos eléctricos ya son más baratos que los con motores de combustión.
Por lo tanto, el Centro de Gestión Automotriz (CAM) de Colonia espera un fuerte aumento en las ventas de vehículos que funcionan con baterías. También se puede ver un cambio de tendencia en la calefacción.
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Debido a la pandemia de coronavirus, la gente viaja menos en medios de transporte y la economía se está viendo negativamente afectada, por lo que se usa menos petróleo. Después de la pandemia, se espera que el cambio de tecnología y la orientación más ecológica del suministro de energía aceleren el rechazo al petróleo. La Agencia Internacional de Energía, sin embargo, estima que en los países asiáticos aumentará la demanda de petróleo.
El experto en energía Hans Josef Fell, del Grupo Energie Watch, advierte de una “depresión económica con graves consecuencias si no se contrarresta activamente con energías renovables”. Cuando hay escasez de demanda, los precios del petróleo y del gas bajan y las empresas se declaran en quiebra. Las quiebras también son una amenaza para los bancos si los préstamos no se devuelven. Por lo tanto, Fell ve que se podría producir un colapso económico, como en 2008 después de la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers.
Este texto apareció originalmente en DW, puedes ver el original aquí.
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