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Chile lidera la producción del hidrógeno que la UE requiere para su descarbonización. En Bruselas, el ministro de Exteriores habló de la energía verde, el estallido social, la nueva Constitución y el voto en el exterior.
La delicada situación social y política de Chile no le es ajena a Bruselas. “Le he asegurado al ministro de Exteriores Allamand que la Unión Europea se encuentra lista para acompañar a Chile y a su pueblo en este momento histórico del proceso constitucional”, consta en la declaración del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Por otro lado, en una reunión con miembros del Parlamento Europeo, y en el marco del diálogo político que forma parte del acuerdo de asociación, se cuestionó la situación de los derechos humanos. Previamente, medio centenar de organizaciones de la sociedad civil europea pedían que en Bruselas se tematizara el uso excesivo de la fuerza en las operaciones policiales chilenas, la indemnización a las víctimas y las garantías de no repetición.
¿Por qué no pueden integrar la asamblea constituyente si representan un 5.5% de la población? “Los chilenos en el extranjero no son un distrito electoral y la reforma legal que lo permitiría no ha avanzado”, responde sucintamente el ministro Allamand.
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Como fuere, “valoramos el apoyo de Bruselas a nuestro proceso constitucional, que despierta mucho interés y que esperamos que desemboque en una Constitución que asegure los derechos de las personas”, apuntó el ministro.
Su visor está puesto, sin embargo, en el potencial del hidrógeno verde en el marco de un renovado acuerdo comercial con la Unión Europea. Éste, como todos los acuerdos internacionales chilenos, estará por encima de cualquiera que sea la nueva Constitución.
“Venimos a impulsar las negociaciones de la modernización del Acuerdo con Europa, porque hay muchos espacios de cooperación de interés mutuo”, explicó a la prensa, en Bruselas, el ministro chileno de Exteriores.
Así es: la Unión Europea, con su Pacto Verde, quiere lograr descarbonizar sus fuentes energéticas hasta el año 2050; apuesta por un aumento del uso del hidrógeno del 2% actual al 13-14% hasta 2050. Chile, por su parte, con su inmenso potencial en energías renovables podría producir el “hidrógeno verde” más barato del mundo.
“Apostar por el hidrógeno verde chileno puede cambiar el paisaje mundial de los combustibles”, subrayó el ministro. No es casual que sus encuentros en el corazón de Europa hayan sido con los comisarios europeos de comercio, de energía y de medio ambiente.
Para abril se espera una segunda ronda de intercambios; para finales del próximo año, un cierre de negociaciones. Después de su encuentro con el ministro chileno, Josep Borrell, Alto Representante de la Política Exterior de la UE, corroboró la voluntad común de apoyar las energías verdes.
Este texto apareció originalmente en DW, puedes ver el original aquí.
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