Rainforest Alliance: ayudando a conservar los bosques de Centroamérica
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- Escrito por Mónica Gálvez - Fotos por Oscar Rojas
Oscar Rojas es el director de Rainforest Alliance en Centroamérica, una organización internacional sin fines de lucro que trabaja para la transformación de bosques sostenibles a través de negociaciones forestales y de agricultura responsables, para una mejor adaptación a la crisis climática.
A través de alianzas estratégicas con las organizaciones y comunidades locales de cada país, Rainforest Alliance coloca como prioridad la protección y conservación de bosques, al mismo tiempo que se promueven los derechos humanos y una mejor calidad de vida para los agricultores y sus familias.
Oscar, originario de Guatemala, comenzó su acción climática desde que una sequía devastadora amenazó el país en los 80’s, buscando nuevas formas de capacitar a los agricultores de la zona para que pudieran continuar su producción de maíz y frijol, así como la regeneración de árboles en los cultivos.
Ahora, gracias a su experiencia en Rainforest Alliance ha podido ayudar a más comunidades del país centroamericano de una forma más sostenible, como promover el manejo de áreas protegidas, en especial con la Reserva de la Biosfera Sierra de las Minas, donde los bosques de niebla cumplen una importante función para proveer agua a las comunidades y los ecosistemas.
También ha trabajado en estudios nacionales sobre los efectos del cambio climático para poder definir nuevos planes y acciones necesarias que reduzcan sus efectos negativos en los recursos naturales.
Junto con la organización, trabajan en la conservación basada en mercados, destacando su experiencia en concesiones forestales comunitarias, las cuales han contribuido a evitar la deforestación en zonas importantes para la biodiversidad, como la Reserva de la Biosfera Maya, en Petén, logrando ganar hasta 1,000 hectáreas de bosque en 2017.
De igual forma, han trabajado en la recuperación de áreas agrícolas que ya se han deteriorado como consecuencia del cambio climático, capacitando a los agricultores con prácticas sostenibles en productos importantes para el país, como el café, banano y cacao, trabajando en conjunto con más productores de Centroamérica.
Además de Guatemala, el trabajo de Oscar está relacionado también con Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Principalmente la organización tiene dos programas; uno es el de Paisajes y Comunidades, el cual trata temas de bosques y reforestación, principalmente con grupos comunitarios, cooperativas y empresas asociativas; mientras que el otro programa consiste en la certificación de productos agrícolas como se mencionó anteriormente.
Manejo forestal sostenible
Desde hace aproximadamente 20 años, Oscar cuenta que han trabajado con un modelo de gestión sostenible dentro de zonas clave como es la Biosfera Maya, la cual tienen dividida en tres zonas; la primera llamada “zona núcleo”, que abarca parques nacionales como Tikal, donde no se permite hacer ningún manejo de extracción de recursos; luego sigue la sección de usos múltiples, que ocupa alrededor de 700 mil hectáreas, donde apoyan a las concesiones forestales.
Las concesiones forestales son un esquema donde dependiendo cuánto crecen los árboles anualmente, se estima el volumen de madera que se extraerá.
“Estas concesiones extraen entre uno y dos árboles por hectárea en un plan de manejo por 40 años”, explica Oscar. “Son cerca de 20 especies que pueden ser procesadas la madera y que se venden en el mercado bajo un sello de certificación forestal”.
Esta cuidadosa gestión ha logrado demostrar que es la mejor opción para trabajar con los bosques en un futuro más verde. En 2017, los estudios mostraron que las zonas tratadas con concesiones forestales se logró detener la deforestación e incluso se obtuvo una recuperación de bosque bastante significativa.
Para las comunidades también ha sido un ingreso importante, ya que muchos pasaron de depender de la agricultura a depender del bosque. Bajo el título de “restauración productiva de paisajes” se ha están tratando de recuperar áreas deforestadas de hace 30 años sin que se la gente pierda sus ingresos.
Oscar ejemplifica este proceso: “Uno siembra un árbol, pero para que lo pueda usar le va tocar esperar 15 o 20 años, entonces se combinan diferentes actividades; por ejemplo, la agricultura, que por lo menos por dos años la gente produzca maíz o frijol mientras los árboles van creciendo, luego ya el quinto o séptimo año se eliminan algunos árboles para que los que queden crezcan mejor, a esto se le llama manejo forestal: una cosecha programada de los arboles hasta que llegan a un ciclo de 15 o 20 años”.
Comunidades involucradas
El trabajo de estos modelos sostenibles ha sido posible en gran parte por las mismas comunidades locales, las cuales son las responsables al final de todo, de cuidar sus tierras responsablemente. Esto se ha logrado ya que Rainforest Alliance también se encarga de educar a los involucrados sobre la importancia de las practicas responsables con el ambiente.
“Lo que hemos hecho es asesorar a las municipalidades para que provean estas técnicas a las comunidades para que los grupos de productores que están haciendo estas buenas prácticas puedan recibir algunos ingresos por los incentivos forestales provistos por el gobierno”, cuenta Oscar.
También se trabaja con las instituciones con el propósito de que estos sistemas puedan ser reconocidos y así ser remunerados debidamente. Por ello, se aseguran que las comunidades cumplan con los requerimientos de la asociación forestal. Por ejemplo, existe la regla que si se derriba un árbol, este cumpla con los criterios requeridos, en este caso, “si en una hay 8 caobas, solo se va a extraer uno, dejando los mejores intactos para que sigan lanzando su semilla y el bosque continúe regenerándose”.
“Trabajamos con el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), pero también con el Instituto Nacional de Bosques y con municipalidades”.
Reintegrar la conexión con la naturaleza
Además de la educación ambiental que brinda Rainforest Alliance a las comunidades involucradas con estas alianzas y negociaciones forestales, también se crea una nueva cultura, o mejor dicho, se reinventa una mentalidad más cercana al medio ambiente como la que existía en un pasado menos industrial.
Desde regresar a depender de la naturaleza y sus recursos, hasta respetar los mismos. Las personas han aprendido a mantener los bosques de una forma más responsable, ya que estos les proporcionan agua limpia, existe más biodiversidad y animales silvestres, así como respetan el rol que ocupa cada ser en el ecosistema.
En Petén por ejemplo, las personas han creado sus propios apearios, mediante los cuales crían a las abejas que les brindan miel y al mismo tiempo ayudan con la polinización.
“La vida rural es interesante porque todo está vinculado, si cuido el agua, eso me va ayudar en mi salud, en la producción agrícola, la facilidad de acceder al agua. Todas las cosas están totalmente vinculadas, entonces la conciencia ambiental crece muy fácilmente en el área rural”, comenta Oscar.
Otro ejemplo del cambio de mentalidad es el caso de algunos antiguos comerciantes de tala ilegal, quienes “ahora están convencidos de que es mejor negocio hacer las cosas planificadas y de manera legal. También hemos visto como en varios lugares la gente comienza con medidas sencillas y luego las personas se van comprometiendo”.
La Biosfera Maya también ha sido foco de incendios todos los años, sin embargo, Oscar explica que el área donde están algunas de las concesiones forestales no ha habido ningún incendio en cuatro o cinco años.
“Donde la población tiene beneficios del bosque también hay un gran compromiso”.