Descubre: ¿Cómo impacta nuestro consumo de carne al planeta?
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- Escrito por Mónica Gálvez - Foto por Alex Potemkin/Gettyimages
Más allá de la crueldad animal, el consumo de carne ha causado más impactos negativos que positivos en nuestro medio ambiente, pero para hacer un cambio primero debemos conocer cómo funciona el mercado de la carne y nuestra influencia en el proceso.
Nuestra huella de carbono se compone de diferentes ámbitos según nuestra rutina, casi todo lo que hacemos y consumimos representa un impacto negativo en el ambiente, sin embargo, la comida es uno de los contaminantes significativos en el mundo y uno de los menos valorados.
Según un artículo que presenta datos de Our World in Data, la producción de comida es responsable del 25% de las emisiones contaminates en el mundo cada año, equivalente a 13,700 millones de toneladas métricas de CO2. ¿Y el alimento más contaminante? La carne de res.
Aproximadamente, 1 kg de carne de res produce 60 kg de CO2, mientras que el segundo alimento más contaminante es la carne de cordero, con 24 kg de CO2. Al menos los cinco primeros alimentos en la lista son de origen animal.
Esta es la huella de carbono del resto de las carnes:
Comida | Emisiones GEI por 1 kg |
Carne de res (rebaño de carne) | 60 kg CO2 |
Carne de cordero | 24 kg CO2 |
Carne de res (ganado lechero) | 21 kg CO2 |
Carne de cerdo | 7 kg CO2 |
Carne de ave | 6 kg CO2 |
Pescado | 5 kg CO2 |
Pero ¿por qué es tan contaminante?
Cada año la población mundial aumenta y con ello, la demanda de alimentos, que en su mayoría incluye la carne como principal nutriente en las dietas. Y no solo eso, las cadenas de alimentos más famosas se basan en la producción de carne para hamburguesas, pollo frito e incluso dentro de la pizza.
Para poder satisfacer la alta demanda, se necesita una producción más rápida e invasiva, además de un proceso mucho más industrializado. Para tener listo un trozo de carne en un restaurante u hogar, este necesita pasar por un proceso de uso de suelo, lo que conlleva a deforestación por ganadería, producir alimento y agua para los animales, luego el uso de maquinarías pesadas para su procesamiento (que probablemente utilizan energía no limpia), proceso de embalaje, transporte local e internacional y finalmente, el espacio de venta.
Ahora bien, imagina cuánta gente consume carne cada día (e incluso más de una vez al día) y cuánta carne se necesita para satisfacer esta demanda. Según Green America, se estima que la producción mundial de carne se duplicará para 2050, lo que causará un aumento significativo en los gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
La producción de metano en la ganadería es uno de los factores contaminantes más conocidos. Los sistemas digestivos de las vacas son emisores naturales de gases de efecto invernadero, que aunque es un proceso natural, la sobreproducción masiva lo multiplica manera antinatural.
El estiércol del ganado también es otro punto importante, pues es el responsable del 65% de las emisiones de óxido de nitroso (otro gas de efecto invernadero), que aunque se calienta menos que el CO2, permanece en la atmósfera por más tiempo.
La salud también termina comprometida dentro de esta burbuja de contaminación. Muchos animales de ganado viven en condiciones insalubres dentro de granjas corporativas que buscan maximizar su producción.
Según el instituto WorldWatch “no son solo los animales los que sufren los efectos nocivos de este tratamiento. Intentando compensar el estrés que sufren los animales, las granjas industriales de carne a menudo alimentan a los animales con grandes cantidades de antibióticos para mantenerlos sanos y promover el crecimiento, ocho veces más antibióticos por volumen que los que consumen los humanos”. Esta proliferación de antibióticos termina alterando el sistema del consumidor, causando enfermedades difíciles de tratar.
Relación entre la ganadería y la deforestación
Sabemos que la deforestación es uno de los mayores problemas que afectan a la biodiversidad, aumenta el CO2, destruye ecosistemas y la vida que depende de ellos, alterando el balance natural de nuestro planeta. Es verdad que la deforestación es causada de muchas formas, incendios forestales (naturales y provocados), expansión de áreas urbanas, extracción de recursos naturales. Pero lo que no tomamos en cuenta es que la ganadería es uno de los principales causantes.
Según el libro The Way We Eat, “se necesitan 13 libras de grano para producir una libra de carne de res y tres libras de grano por una libra de pollo. Cuanta más carne comemos, más grano se necesita para alimentar a los animales que proporcionan esa carne, además del agua y la tierra adicionales (a menudo deforestadas) que se utilizan para cultivar ese grano, energía extra para cosecharlo y hacer funcionar los mataderos, y más productos químicos para fertilizarlo y disuadir a las plagas”.
La selva amazónica en Sudamérica se encuentra en una actual crisis de deforestación por incendios forestales y tala ilegal de árboles. Pero la realidad es otra, estudio tras estudio han demostrado que son las grandes empresas agroindustriales y productoras de carne las responsables de la mayoría de deforestación.
Es por esto que cada vez son más movimientos y organizaciones las que se unen para luchar contra este problema. Como por ejemplo en Mesoamérica, se ha lanzado una iniciativa para conservar y proteger sus cinco bosques más grandes de la ganadería ilegal, la cual ha causado el 90% de su deforestación, tanto en áreas protegidas como en territorios indígenas.
¿Debo dejar de consumir carne?
Sí y no. Ser vegetariano o vegano puede ser la mejor opción, pero también existen otro tipo de soluciones, lo importante es iniciar ya.
Algunos estudios muestran que cambiar la forma en la que comemos es necesario para el futuro del planeta, sin embargo, la política de los gobiernos también deben ser parte de este proceso. “Es más fácil hacerlo si el gobierno actúa para cambiar el sistema alimentario, pero en ausencia de eso, deberíamos intentar cambiar nuestras dietas”.
Actualmente, existen iniciativas que promueven la reducción del consumo de carne en los consumidores. Científicos encontraron que las dietas que contienen carnes o productos lácteos solo una vez al día produciría una huella de carbono incluso menor que la de una dieta vegetariana que incluye leche y huevos.
También se encontró que dietas que van desde un día sin carne a la semana, hasta dietas a base de peces pequeños, moluscos e insectos, pueden llegar hacer un gran cambio en el impacto ambiental.
Empresas de comida de todo el mundo también están tratando de combatir este efecto negativo en la carne, y se han adaptado ofreciendo alternativas a la carne sin perder completamente el concepto. Fabricantes de hamburguesas a base de plantas como Beyond Meat, han logrado expandirse en los mercados mundiales y ganarse una reputación positiva y ecológica.
También existen otro tipo de alternativas a la carne de res, como las hamburguesas a base de insectos, o la controversial, pero funcional, carne “sintética”. Según un informe de la consultora global AT Kearney, para 2040, la mayoría de carne en el mercado no provendrá de animales sacrificados, sino que el 60% será cultivado dentro de un laboratorio o se reemplazará por productos de origen vegetal.
Independientemente de la dieta que elijas, siempre es posible encontrar una solución sostenible que se acomode a tu estilo de vida y sobre todo, que seas mas consciente con lo que consumes.