Descubre: el impacto ambiental del Fast Fashion
- comments
- Publicado en Descubre MásDestacadasNos EncantaNoticias
- 0
- Escrito por Mónica Gálvez - Foto Matt York/AP
Cada vez sobresalen más los temas concienciación sobre el consumo excesivo en el mercado y cómo esto afecta al planeta. La industria de la moda siempre ha estado en lo más alto del mercado, lo cierto es que no tiene por qué desaparecer para que deje de contaminar, pero sí debe cambiar.
La moda rápida, o mejor conocida como Fast Fashion, es la moda producida en masa y de forma acelerada, especialmente de aquellas compañías que venden ropa “bonita y barata”, lo que convierte a la industria textil en uno de los mayores contaminantes del mundo.
Posiblemente nos hemos sentido atraídos por este tipo de moda más de alguna vez, las grandes ofertas y tendencias hacen que queramos comprar siempre más y sin que afecte nuestra billetera, además de compartir la emoción de conseguir “una buena compra”, pero pocas veces nos ponemos a pensar qué tan buena es para nuestro entorno. Por ejemplo, compramos una prenda a un buen precio, la usamos unas cuantas veces hasta que pierde su calidad o la temporada ya ha pasado, así que es momento de desecharla y comprar una nueva, ¿cuál fue el verdadero costo de esta prenda?
En promedio, la cultura del Fast Fashion nos ha hecho convertir la ropa en algo más desechable que duradero, siendo el uso promedio de una prenda de siete veces antes de deshacernos de ella. En los últimos 20 años el consumo de la ropa ha aumentado un 400% en todo el mundo, y sus consecuencias se han vuelto cada vez más visibles en el ambiente, sin embargo, muchas veces pasan desapercibidas.
“Cuando pensamos en industrias que están teniendo un efecto dañino sobre el medio ambiente, nos viene a la mente la fabricación, la energía, el transporte e incluso la producción de alimentos”, según un informe de la ONU. “Pero se cree que la industria de la moda es la segunda industria más contaminante del mundo, justo detrás de las grandes petroleras”.
Actualmente, las marcas de este tipo de moda producen alrededor de 52 temporadas en un año, incluso algunas lanzan una nueva “colección” cada semana. Según Fast Company, las empresas de indumentaria fabrican 53 millones de toneladas de ropa cada año en todo el mundo, cantidad que continúa aumentando conforme la moda evoluciona y las tendencias se vuelven más y más pasajeras. Si este ritmo exponencial continúa, se calcula que para 2050 la producción llegue a 160 millones de toneladas de ropa por año.
Consecuencias de la industria de la moda
La contaminación masiva de la ropa desechada y acumulada no es lo único que nos debe preocupar, pues las emisiones comienzan desde su producción. Por ejemplo, para producir una camiseta de algodón se necesitan 2,700 litros de agua, mientras que para un par de jeans se necesitan 7,500 litros, esto es equivalente a lo que bebe una persona en siete años, según un informe de la ONU. Ahora piensa cuántos pares de jeans son vendidos y comprados diariamente en el mundo.
La industria de la moda utiliza aproximadamente 93 mil millones de metros cúbicos de agua cada año, lo que equivale a darle de beber a 5 millones de personas, según la UNCTAD. El estudio también estimó que la producción de ropa representa del 8% al 10% de las emisiones de carbono del mundo cada año, superando las emisiones de todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados.
Las comunidades donde fábricas de textiles residen también son afectadas por esta industria, pues los productos químicos que se utilizan durante la producción y fabricación de prendas suelen terminar vertidos en los ríos y vías fluviales locales, convirtiéndolos en comunidades tóxicas y contaminando río abajo. Esto ocurre usualmente en los países que son más vulnerables al cambio climático, como Bangladesh, Indonesia y algunos países de Latinoamérica, que son conocidos como centros de fabricación de textiles baratos (o también conocidos como maquilas).
Las prendas, ahora en su mayoría, son hechas con telas sintéticas, tintes y químicos tóxicos como plomo y pesticidas; y cuando estas son desechadas terminan acumuladas en vertederos que liberan estas toxinas al aire, solo en Estados Unidos se tiran aproximadamente 11 millones de toneladas de ropa.
Según el Environmental Health Journal, “el teñido textil convencional a menudo libera metales pesados y otros tóxicos que pueden afectar negativamente la salud de los animales además de los residentes cercanos en los sistemas de agua locales”.
Y es que no solo el medio ambiente es el que sale perjudicado en esta industria, existe un mundo de injusticia y explotación laboral que no es lo suficientemente explorado. Estamos acostumbrados a ver noticias sobre el mal trato y la violación de derechos humanos que se practican en las famosas maquilas, sin embargo, no se hace lo suficiente al respecto.
Según un artículo de The Good Trade, el fast fashion afecta la salud de los consumidores y trabajadores de este tipo de fábricas, actualmente se han encontrado productos químicos nocivos como el benzotiazol, que es relacionado con varios tipos de cáncer y enfermedades respiratorias. Además de la exposición a químicos, los empleados son sometidos a largas jornadas de trabajo, salarios injustos e incluso el abuso físico en muchos casos; y todo esto seguirá siendo apoyado mientras la demanda de ropa continúe subiendo.
Slow Fashion: la alternativa sostenible
A pesar de la cantidad de factores negativos con los que se ha manchado esta industria, aún existe un camino en el que la moda y el medio ambiente pueden coexistir saludablemente, sin embargo, requiere de un cambio completo en el sistema consumista que conocemos.
El Slow Fashion es una nueva forma de ver la moda con un enfoque sostenible, se trata de un estilo de vida en el que utilizas tus prendas de forma inteligente y responsable con el medio ambiente. Esta tendencia también aplica para la industria, como la fabricación consciente de las prendas, derechos laborales justos, la utilización de materiales naturales y prendas que sean verdaderamente duraderas.
Estos son algunos consejos que puedes tomar en cuenta tú como consumidor responsable:
- Primero, la obsesión por comprar de manera masiva debe parar, el consumismo puede ser algo difícil de dejar, en especial cuando el mercado nos dice lo contrario, pero no es imposible.
- Cuida la ropa que ya tienes, aprende a combinar de mejor manera y si quieres una prenda nueva, detente un momento a pensar si realmente lo necesitas, si la volverías a usar más de una vez o si puedes combinarla con otras prendas que ya tengas.
- Compra ropa de marcas responsables. Actualmente ya existen empresas que están cambiando sus políticas de producción y están utilizando materiales sostenibles para la fabricación de sus prendas.
- Compra ropa de segunda mano. Afortunadamente, esta tendencia ha ganado la simpatía de los consumidores recientemente, siendo una opción sostenible y económica para conseguir prendas de moda. También puedes optar por donar la ropa que ya no utilices a estos sitios o a organizaciones que la recolectan a personas que lo necesitan.