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El lunes Lima firmó una moción que pide un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, un mecanismo global que tiene como objetivo abordar explícitamente la fuente del 86% de las emisiones de CO2 que causan el cambio climático: los combustibles fósiles. La moción fue aprobada por unanimidad por los 39 concejales de la ciudad.
El Concejal de Lima, Carlo André Ángeles Manturano, quien presentó la moción, dijo: “Mientras enfrentamos la emergencia climática como sociedad, la falta de compromisos firmes de acción por parte de nuestras autoridades y nuestros gobiernos es lo que nos acerca cada vez más a daños irreversibles.
Es necesario tomar medidas firmes sobre una de nuestras principales amenazas, la proliferación de combustibles fósiles, una industria que se proyecta producirá un 110 % más de emisiones de las necesarias para limitar el calentamiento a 1.5°C para 2030.
Por eso, en nombre del Gobierno Metropolitano de Lima, presenté la moción para unirme a esta cruzada y llamar a la no proliferación de combustibles fósiles en la ciudad de Lima, y solicitando al gobierno nacional peruano replicar esta acción y refrendar el Tratado de Combustibles Fósiles. Con gran entusiasmo recibo esta decisión unánime del Concejo de Lima Metropolitana y reafirmo mi compromiso de seguir impulsando las acciones necesarias a nivel local, nacional e internacional para combatir el cambio climático”.
La capital peruana, que tiene más de 11 millones de habitantes que representan un tercio de la población de Perú, es ahora una de las más de 60 ciudades en todo el mundo que respaldan la propuesta del Tratado, incluidas Londres, Barcelona, Sydney y Los Ángeles.
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También son el octavo gobierno municipal y la primera capital en América Latina en apoyar la propuesta después de siete municipios en Costa Rica. Este es un primer paso para Lima, que tiene la segunda peor calidad del aire en América Latina, según la Organización Mundial de la Salud, debido a su deficiente sistema de transporte público.
El carbón, el petróleo y el gas constituyen la mayoría de la combinación energética del país; considerando el transporte, la generación de energía y el uso doméstico, los combustibles fósiles representan más del 70% de la energía del Perú.
Si bien la quema de combustibles fósiles presenta graves amenazas para la salud humana y planetaria, también lo hace cada etapa de las operaciones de combustibles fósiles. A principios de este año, Perú sufrió su peor desastre ambiental cuando la refinería La Pampilla, operada por Respol, derramó más de 10,000 barriles de petróleo crudo frente a sus costas, cubriendo un área del tamaño de París, llenando de alquitrán 25 playas de Lima, matando la vida silvestre local e interrumpiendo el medios de subsistencia de los pescadores costeros que dependen de estos ecosistemas marinos.
La capital peruana alberga la refinería, la más grande del país, y otras infraestructuras relacionadas con los combustibles fósiles debido a su cercanía con El Callao, el principal puerto de la región del Pacífico Sur.
Augusto Durán, especialista en energía limpia y transición energética, y coordinador de la campaña del Tratado en MOCICC (Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático con sede en Perú, un importante impulsor para asegurar la presentación de la moción), dijo: “El llamado de Lima Metropolitana, una de las ciudades más grandes de América Latina, a la iniciativa del Tratado es un primer gran paso para abrir debates sobre la necesidad de dejar los combustibles fósiles bajo tierra e iniciar una transición energética justa y popular.
Tiene un carácter reivindicativo ya que la costa de Lima y Callao ha sido testigo del mayor desastre ecológico de los últimos tiempos. Como tal, inicialmente presionará al ejecutivo y al legislativo sobre la necesidad de políticas que fortalezcan la lucha climática y ambiental. Si bien la moción como tal es un elemento simbólico, fortalece estos procesos de incidencia. Por eso queremos que más ciudades puedan hacer el llamado al tratado”.
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Claudia Campero Arena, Coordinadora de Alianzas para el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, dijo: “Estamos encantados de que Lima se haya convertido en la primera capital de América Latina en respaldar el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
Dado que Lima es la capital de un país diverso que ha sufrido los daños de la extracción de combustibles fósiles, este liderazgo es un impulso positivo para un cambio positivo en Perú y la región hacia una transición energética justa lejos de los combustibles fósiles.
La votación se produjo poco después de la asunción del presidente colombiano Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, cuyo liderazgo climático para eliminar los combustibles fósiles demuestra que el modelo de extractivismo latinoamericano comienza a ser seriamente cuestionado”.
Este respaldo refuerza el impulso global en torno al Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles propuesto. La propuesta del Tratado ahora cuenta con el apoyo de 101 premios Nobel, 3000 académicos, un creciente grupo interreligioso de líderes religiosos, 320 parlamentarios, miles de activistas juveniles y más de 1500 organizaciones de la sociedad civil, incluidas varias organizaciones en todo Perú, como la Organización de Pueblos Indígenas del Oriente y Perú Sin Ecocidio.
Este texto apareció origianlmente en Fossil Fuel Treaty, puedes ver el original en inglés aquí.
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