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En 2100 más del 50% de los océanos habrá cambiado de color debido al cambio climático: se intensificarán las regiones azules y verdes, según una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
El estudio publicado en Nature Communication concluye que el calentamiento global está provocando importantes alteraciones en las poblaciones de fitoplancton, un vegetal acuático, algo que afectará al color de los océanos.
Los resultados prevén que las zonas azules se vuelvan más azules, reflejando el descenso de los niveles de fitoplancton y de vida en general, y las verdes aún más verdes, lo que indicaría una proliferación de especies de fitoplancton.
El color del océano depende de cómo los rayos de sol interactúan con los componentes del agua. Las moléculas de agua absorben casi toda la luz solar, excepto la parte azul del espectro, lo que se traduce en que las zonas del océano con menos vida se perciben de un azul intenso.
En cambio, el fitoplancton contiene clorofila, que absorbe más azul y menos verde, por lo que las regiones ricas en algas son de un color verdoso. Los investigadores desarrollaron un modelo global que simula el crecimiento e interacción de distintas especies de fitoplancton, y cómo éstos variarán a medida que las temperaturas aumenten.
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También lograron reproducir la manera en la que el fitoplancton absorbe y refleja la luz y cómo afecta al color de los océanos, teniendo en cuenta la variable del cambio climático. El grupo de investigadores logró mejorar un modelo informático que se ha utilizado para predecir los cambios en los niveles de fitoplancton cuando suben las temperaturas y se acidifica el agua.
Además, han añadido un elemento novedoso: la posibilidad de estimar las ondas de luz que absorbe y refleja el océano, dependiendo de la cantidad y tipos de organismos en una región determinada.
Según este modelo, a finales de siglo el aspecto del planeta se verá alterado. Stephanie Dutkiewicz, la directora de investigación del proyecto, prevé que los cambios entre comunidades de fitoplancton podrían alterar las redes alimentarias que sustentan, lo que considera un problema “potencialmente serio”.
Sin embargo, Dutkiewicz admite la dificultad que supone determinar si estos cambios se deben al cambio climático o a la variabilidad natural de la clorofila.
“Un evento como El Niño o La Niña provocaría un cambio en la clorofila porque varía la cantidad de nutrientes que llegan al sistema”, explicó.
Este texto apareció en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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