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Éste es un artículo de opinión, su contenido expresa la postura de su autor, Isaías A. Márquez Díaz.
En relación con la crisis climática y los huracanes, por registros, entre 1924-2017 han ocurrido unos 33 huracanes categoría cinco; unos once de este tipo de fenómenos sucedieron durante 2003-2017.
Ante el umbral de la temporada de huracanes a iniciarse muy pronto, lapso 1 de junio – 30 de noviembre, nos abocamos a fenómenos extremos, según hechos recientes.
Cuando el aire cálido y húmedo está sobre el agua templada en el ecuador ocurren las tormentas más grandes y violentas que podría haber sobre la tierra denominados ciclones y/o huracanes en el Caribe y tifones en China.
Un huracán es el tipo de tormenta más violenta que ocurre sobre el planeta. El nombre técnicocientífico para este tipo de fenómeno es ciclón tropical. Pero, según donde ocurra se denomina de forma diferente. Podría hablarse de huracán en el Atlántico Norte; en el Pacífico Noroeste, de tifón y de ciclón en el Océano Pacífico Sur y el Océano Índico, a manera de motores o globos que utiliza el aire caliente y húmedo como combustible. Por esta razón se forman solo en zonas donde el agua del océano es cálida.
En efecto, todo ciclón tropical se origina sobre aguas donde el océano tiene una temperatura de al menos unos 26°C. Pero, según un estudio que publicó la revista Science, la temperatura del agua en los océanos de la Tierra sube mucho más velozmente de lo que se creía, porque casi todo el exceso de calor que absorbe el planeta va al agua. En efecto, los océanos se calientan un 40% más en promedio de lo que estimó un panel de la ONU hace unos cinco años, que año tras año vienen rompiendo récords.
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Pero, a causa de la crisis climática sucede que el aire más cálido busca hacia arriba alejándose de la del océano en forma de espiral ascendente, y causa una disminución de la presión de aire, mientras que el aire de más arriba se refresca y se transforma en nubes. Tal sistema de nubes que se alimenta del calor del mar se evapora de la superficie y comienza a girar y a crecer en forma de espiral ascendente, análoga a un aerostato.
Las tormentas que se originan al norte del Ecuador giran en sentido antihorario; las del sur de éste, en sentido horario debido a la rotación de la Tierra sobre su eje. Pero, hasta la velocidad de unas 39 mph, equiv a unos 63 nudos el fenómeno podría denominarse “tormenta tropical”; cuando alcanza velocidad de unas 74 mp/h la tormenta se convierte, oficialmente, en “ciclón tropical”. Y, dependiendo de la velocidad con la que se muevan, podrían dividirse en unas cinco categorías, según la escala Saffir Simpson, donde la uno es la menos impactante y la cinco, la más peligrosa y catastrófica.
En relación con la crisis climática y los huracanes, por registros, entre 1924-2017 han ocurrido unos 33 huracanes categoría cinco; unos once de este tipo de fenómenos sucedieron durante el lapso 2003-2017.
Pero, en la comunidad científica no existe un criterio uniforme acerca de si tal crisis influirá sobre el aumento y/o disminución de la cantidad (incidencia) total de huracanes a escala planetaria.
Este texto apareció originalmente en El Universal, puedes ver el original aquí.
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