Suscríbete
El cambio climático y la actividad humana están dañando la Antártida y amenazando la vida silvestre, desde ballenas jorobadas hasta algas microscópicas, dicen más de 280 científicas y expertas en conservación al instar a proteger la región helada.
La coalición, todas mujeres, pidió la creación de una nueva área de protección marina alrededor de la Antártida, ya que los gobiernos comenzaron una reunión de dos semanas de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.
Dos áreas de la Antártida ya están protegidas: las Islas Orcadas del Sur y el Mar de Ross. La nueva área de protección, propuesta en 2018 por los miembros de la comisión Chile y Argentina, cubriría el oeste de la Península Antártica, la parte más septentrional del continente más austral.
El complejo ecosistema de la península incluye pingüinos, focas y pequeños crustáceos llamados krill, que son el alimento básico de cientos de animales marinos, incluidos peces, aves y ballenas barbadas.
Puedes leer: Plataformas de hielo en la Antártida son vulnerables al agua de deshielo
A diferencia del resto de la Antártida, un tercio de la cual permanece sin visitar, no hay grandes áreas de la península sin ser alteradas por humanos. La pesca, el turismo, el cambio climático y la infraestructura de investigación presentan desafíos para la vida silvestre, dicen los científicos en un comentario publicado en la revista Nature.
La península es también uno de los lugares de más rápido calentamiento en la Tierra, registrando una temperatura alta récord de 20.75°C el 9 de febrero.
A medida que la región se calienta, el hielo marino se está reduciendo, dejando a las larvas de krill sin refugio. Esto podría tener un impacto que se propague en cascada a través de la cadena alimentaria de la Antártida, dicen los científicos.
Proteger la península “demostraría a la comunidad internacional que la acción colectiva para abordar un problema global es posible”, dijo a Reuters la asesora española de política científica Marga Gual Soler. Ella llamó al continente helado “un faro para la colaboración científica y la diplomacia internacional durante más de 60 años”.
Los 289 científicas que firmaron el documento son parte del programa Homeward Bound, que organiza expediciones para mujeres a la Antártida. Durante décadas, se impidió que las científicas viajaran a las bases del continente debido a la falta de instalaciones para las mujeres, dijo Anne Christianson, científica ambiental de la Universidad de Minnesota.
Ver esta publicación en Instagram
Una publicación compartida de Homeward Bound (@homewardboundprojects) el
“Tener más de 200 mujeres uniendo fuerzas y diciendo: ‘Este es nuestro legado, merecemos opinar sobre cómo se protege esta área’, es muy poderoso”, dijo Christianson.
También se le ha pedido a la comisión, que incluye a la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos, que considere las áreas de protección marina frente al este de la Antártida y en el mar de Weddell.
Este texto apareció originalmente en Reuters, puedes ver el original en inglés aquí.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana