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El informe de Naciones Unidas es fatal y contundente. Los glaciares de la Patagonia argentina están sufriendo el mayor impacto del cambio climático de todo el planeta y se están derritiendo con mayor celeridad. Así lo consigna el documento del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) que fue revelado ayer en esta cumbre de Cancún.
Entre 1960 y 2003, los glaciares patagónicos se redujeron en 35 metros, los de Alaska 25 y en Asia unos 10 metros. “La mayoría de los glaciares de montaña están perdiendo masa a causa del cambio climático, pero entre ellos los patagónicos aparecen como los más afectados”, aseguran los científicos.
De acuerdo al documento -que fue presentado por el secretario general Ban Ki Moon y otros funcionarios de la ONU- “los glaciares podrían desaparecer de algunas regiones montañosas hacia el fines del siglo XXI, dada la actual tasa de derretimiento”. Aunque también señala que como consecuencia del mismo cambio climático que provocó un aumento en las precipitaciones en la cordillera de Tierra del Fuego se registró un incremento en el espesor de los hielos.
El reporte advierte que el derretimiento de los glaciares podría traducirse en algunas décadas en la reducción de la disponibilidad de agua en zonas de Argentina, Chile y Perú. Y subrayó la vulnerabilidad que el derretimiento representa para la población que vive en las zonas de glaciares.
La agencia también recomendó fortalecer la investigación y la colaboración internacional para el monitoreo de los glaciares, además de mejorar los modelos para medir precipitación de la disponibilidad de agua en estas regiones.
Y no fue el único informe inquietante. También hubo un adelanto de otro de la CEPAL, la comisión económica de la ONU para Latinoamérica, que se presentará hoy y que asegura que “los desastres naturales asociados al cambio climático como temperaturas extremas e inundaciones afectaron en la última década a más de 40 millones de latinoamericanos”. Esto significa un incremento enorme ya que en la década de 1970 fueron apenas 5 millones los afectados en la región por temperaturas extremas, incendios forestales, sequías, tormentas e inundaciones.
El informe denominado “Gráficos Vitales del Cambio Climático para América Latina y el Caribe”, asegura que los daños en el continente, desde el Río Bravo hacia abajo, en los últimos 10 años generaron costos estimados de más de 40.000 millones de dólares.
El informe dice que se ha visto un aumento de eventos climáticos extremos en toda América Latina. Por ejemplo, el número de tormentas ocurridas entre el 2000 y el 2009 se multiplicaron por 12 con respecto a las que se registraron entre 1970 y 1979”. Y estos fenómenos van a seguir incrementándose. Dice la CEPAL que para fines de este siglo en Centroamérica y el Caribe aumentará la intensidad de los huracanes, y al mismo tiempo habrá una reducción de las precipitaciones y aumentos de sequías. En Argentina, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile continuará el derretimiento de glaciares. Y si bien es una de las regiones del planeta más castigadas por el cambio climático, América Latina representa apenas el 13% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Este texto apareció originalmente en Clarín, puedes encontrar el original aquí.
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