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La industria petroquímica y la contaminación que genera dañan de manera desproporcionada a las personas de color y a las comunidades de bajos ingresos.
Cada año, solo en los Estados Unidos se queman o entierran en vertederos 32 millones de toneladas de plástico, lo que afecta la salud, la riqueza y el bienestar de las comunidades.
De hecho, EE.UU. produce la mayor cantidad de desechos plásticos per cápita de cualquier país y exporta gran parte de estos desechos al Sur global. Un asombroso 91% del plástico nunca se recicla.
Cada año se producen 350 millones de toneladas métricas de plástico en todo el mundo, y 15 millones de toneladas métricas terminan como desechos plásticos en los océanos del mundo.
La Ley Break Free From Plastic Pollution de 2021 (BFFPPA) se basa en leyes estatales exitosas en todo el país y describe estrategias prácticas de reducción de plástico para lograr un futuro más saludable, más sostenible y más equitativo.
El plástico, que la industria petroquímica fabrica a partir de combustibles fósiles, contribuye al cambio climático en cada paso de su ciclo de vida, desde la extracción hasta el refinamiento, la fabricación, el transporte, la eliminación y los desechos. Liberarse del plástico reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalecería la resiliencia climática.
El plástico daña desproporcionadamente a las comunidades de bajos ingresos, las comunidades de color y las comunidades indígenas al contaminar su aire, agua y suelo. Liberarse del plástico defendería la justicia ambiental al detener el desarrollo de nuevas instalaciones de plástico hasta que se actualicen y establezcan las regulaciones ambientales y de salud necesarias.
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Además de tóxico, el plástico incluye 144 sustancias químicas o grupos químicos que se sabe que son peligrosos para la salud humana. Las partículas de microplástico son tan omnipresentes en nuestra comida y agua que la persona promedio ingiere el valor de plástico de una tarjeta de crédito (5 g) cada semana. Un estudio reciente incluso documentó partículas microplásticas en placentas humanas maternas. Liberarse del plástico protegería la salud humana y mejoraría la fertilidad, lo que ayudaría a asegurar nuestra supervivencia como especie.
Esta legislación busca abordar de manera significativa la crisis de contaminación plástica desde distintos puntos:
Este texto apareció originalmente en Action Network, puedes ver el original en inglés aquí.
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