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Aunque sea un fenómeno recurrente en México, la escasez de agua en medio de la pandemia ha causado daños en gran parte del país.
“Vemos una sequía que se ha venido extendiendo y profundizando. Cada quincena, desde julio de 2020, ha ido aumentando el porcentaje de área afectada. En muchas regiones ha pasado de sequía severa a sequía extrema o excepcional”, dice a BBC Mundo Jorge Zavala Hidalgo, coordinador del Servicio Meteorológico Nacional de México (SMN).
Actualmente, cerca del 87.5% del territorio mexicano sufre sequía de distintas intensidades. Al 30 de abril de este año, más de la mitad del país se encontraba en estado de sequía severa, lo que significa que “hay pérdidas en cultivos o pastos, el riesgo de incendios es alto, la escasez de agua es común y se deben imponer restricciones en el uso del agua”, según el servicio de monitoreo de la sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
¿Cuáles son las causas?
Su localización y la complejidad de su clima hacen que México tenga períodos prolongados de falta de lluvia todos los años, pero suelen ocurrir en regiones aisladas, durante menos tiempo y con menos intensidad.
Esa complejidad climática en gran medida está determinada por lo que pasa en el Atlántico Norte, la variación de temperaturas junto a sus patrones oceánicos y atmosféricos, y también por lo que pasa en el océano Pacífico, principalmente por los fenómenos de El Niño y de La Niña.
“El año pasado tuvimos una Niña muy severa y un Atlántico con temperaturas relativamente altas. Eso favorece la precipitación en la región sur y no la favorece en la región norte”, dice Jorge Hidalgo.
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Es decir, el año pasado hubo lluvias pero concentradas en una pequeña parte del país.
1. Reducción de agua en las presas
En Ciudad de México la crisis de abastecimiento de agua hizo que la alcaldesa Claudia Sheinbaum afirmara que la actual sequía es la más intensa que ha vivido la capital en los últimos 30 años.
Eso se debe principalmente a la disminución del suministro de agua proveniente del sistema de presas de la cuenca del río Cutzamala en Estado de México y Michoacán, dos de las regiones más afectadas por la sequía. Una de ellas, la presa Valle de Bravo, es la que se ve en estas imágenes.
Según Conagua, el caudal del Cutzamala se encuentra cerca de un 30% por debajo de la media histórica de entre 1996 y 2020. Eso hace que menos agua llegue a la capital mexicana, proveniente de una de sus principales fuentes de abastecimiento.
En Jalisco, la presa Elías González Chávez, una de las principales del estado, almacena solamente cerca del 14% de su capacidad. En las imágenes se ve la diferencia en la cantidad de agua que tenía en el mismo período del año pasado.
La población de ciudades cercanas, según la prensa local, tuvo a que bombear agua de lagos y ríos cercanos para garantizar el abastecimiento.
2. Ríos secos y perjuicios a la agricultura
El lago Cuitzeo, en Michoacán, se veía casi seco en marzo del 2021 en comparación con el mismo período de 2020. Según la Conagua, la región es una de las que sufre sequía severa y extrema.
“También se nota que el lago está cerca de una zona agrícola. Una situación que vemos mucho en México es que cada vez se extrae más agua de ríos, lagos o lagunas para riego. Estos no solo se ven afectados por la sequía sino también por la creciente extracción”, dice Jorge Zavala Hidalgo.
En estados como Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León, Querétaro o Sonora la producción agrícola sufre pérdidas provocadas por la falta de lluvias y la disminución de agua en las presas, según asociaciones de agricultores.
3. Incendios forestales
La falta de lluvias y las altas temperaturas en el norte del país también provocaron el aumento de incendios forestales en esta región.
“Hay una relación importante entre los incendios forestales y la sequía. Si hay menos lluvia, los campos y los bosques están más secos de lo que estarían en esta época del año. Entonces hay más material combustible y el fuego se puede dispersar más fácilmente”, explica Jorge Hidalgo.
Un ejemplo es el área protegida del Parque Nacional Montaña La Malinche, en Puebla. La correlación entre la sequía y los incendios también se ve en la localización de los focos de fuego, que ha cambiado de un año a otro.
“En 2020 tuvimos poca lluvia en la península de Yucatán y ahí tuvimos muchos incendios. En el 2021 los incendios se han venido concentrando en estados con sequía, como Michoacán, el estado de México o Guerrero, por ejemplo”, dice el coordinador del SMN.
¿Acabará la sequía?
Aunque el principio del mes de mayo trajo lluvias en el norte mexicano, Jorge Zavala Hidalgo cree que aún es pronto para hablar del fin de la sequía.
“Las sequías se van desarrollando durante varios meses y también van decayendo a lo largo de varios meses. Solo se acabarían en pocos días si ocurriera un ciclón tropical, por ejemplo. Pero una lluvia de uno o dos días muchas veces es poco. Sí, está lloviendo, pero eso no va hacer que cambie rápidamente la situación”, afirma.
Este texto apareció originalmente en BBC, puedes ver el original aquí.
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