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En California, Estados Unidos, las compañías contaminantes están pagando para que se coloquen paneles solares en los techos de personas con dificultades económicas; no es por caridad, es una política pública.
El San Francisco Chronicle explica cómo un nuevo programa que surge de la ley estatal de tope y canje, en la que las empresas deben pagar por tonelada por su contaminación de carbono, está suministrando de energía solar a los pobres: “la organización sin fines de lucro Grid Alternatives instalará paneles solares domésticos en barrios desfavorecidos, usando $ 14.7 millones recaudados a través del sistema de tope y canje de California para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero”.
California es el mejor estado del país para el uso de energía solar; los programas de incentivos, las empresas innovadoras y los consumidores progresistas han ayudado a que este tipo de energía tenga un punto de apoyo más fuerte que en cualquier otro lugar. Pero esto se dirigía únicamente a los ricos y a los de clase media ya que ellos podían permitirse los costos iniciales elevados.
Grid Alternatives, que ha existido por más de una década, ha buscado durante mucho tiempo cambiar esa situación y por eso planea instalar paneles solares en 1.600 viviendas a finales del próximo año de forma gratuita. Cualquier persona que viva en un barrio que el estado designa actualmente como desfavorecido, califica.
“A la mayoría de los propietarios se les pide que hagan pequeñas contribuciones para la instalación, como alimentar a las personas que instalan los paneles o ayudando con la instalación ellos mismos. El sistema ahorrará a los hogares entre $ 400-1.000 al año en costos de electricidad,” según el San Francisco Chronicle.
Por ambos lados, la política de tope y canje es controversial. Por una lado, porque se percibe como un impuesto sobre los negocios y por el otro porque los créditos del carbono podrían ser negociados para enriquecer a las corporaciones. Pero esto, idealmente, es cómo se supone que funcione. Las fábricas y las plantas de combustibles fósiles pagan por el daño que están haciendo al clima y los créditos van a repararlo. Los beneficios van tanto al medio ambiente como a los residentes de bajos ingresos, quienes obtienen una reducción en sus facturas de electricidad.
El programa de Grid Alternative es genial, pero hay partes que aún no se ven tan claras. En este momento suena como que el programa se basa en donaciones de empresas de energía solar y el trabajo voluntario. Si se racionalizara, se financiara mejor, se ampliara y se hiciera permanente, serviría como una poderosa herramienta para ayudar a mitigar el cambio climático.
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