Ariela Kader: acción climática a través del arte
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- Escrito por Mónica Gálvez - Foto Ariela Kader
Ariela es una artista costarricense, maestra de arte y activista climática, quien ha dedicado su vida profesional a inspirar a otras personas a la acción climática a través de sus obras de arte.
Sus obras de arte consisten en composiciones con materiales recolectados, desde desechos plásticos encontrados en las playas, hasta bolsas de plástico “rescatadas” para encontrarles un mejor uso que terminar contaminando los mares y el ambiente. Pero Ariela no solamente crea estas esculturas, sino que también tienen un mensaje de concienciación hacia los consumidores sobre la excesiva cantidad de basura que puede ser encontrada en cualquier parte y cómo se le puede encontrar un mejor uso para comenzar a aplicar hábitos sostenibles.
Ariela comenzó su acción climática en 2009, cuando se mudó de San José a Nueva York para continuar con sus estudios de arte, lo que la llevó a enfrentarse a un choque cultural, no solo de tecnología y hábitos, sino de la cantidad de basura que podía encontrar esparcida en una ciudad.
“Encontré mi inspiración no viendo hacia arriba a los edificios, sino viendo hacia abajo a las bolsas de basura que me acompañaban en mis trayectorias a la universidad y otras rutas del día a día. El elemento diferenciador de esto fue el contexto del que venía en Costa Rica, donde no se acostumbra ver la basura ocupando el lugar que nosotros también ocupamos”, cuenta Ariela. “Pensé: somos más lo que botamos que lo que consumimos”.
En ese momento de realización, Ariela decidió hacer algo al respecto y fusionar su carrera profesional con una nueva pasión por el medio ambiente. Así que comenzó a tomar fotografías de composiciones de bolsas de basura y todo tipo de desechos que encontraba por la ciudad para subirlas a sus redes sociales.
“Un profesor de escultura me dijo que necesitaba ver más el sello de ‘Ariela estuvo ahí’, entonces empecé a grafitear sobre las bolsas plásticas según las composiciones”.
También cuenta uno de los primeros momentos significativos que tuvo con este proyecto: “Una vez vi una composición de cinco bolsas de basura y pensé en mi familia, porque vengo de una familia de cinco. Les puse mamá, papá, hermano, hermana y yo, le tomé una foto y eso también cambió un poco la forma en la que los peatones se relacionaban con la basura de ahí en adelante”.
El plástico se fusiona con el arte
Tiempo después formalizó su trabajo con una serie de fotografías donde recolectaba bolsas plásticas en el tiempo en que las noticias sobre el daño del plástico sobre la vida marina se volvían virales. También coleccionó bolsas plásticas recolectadas al rededor del mundo, las cuales guardaba luego de usarlas o encontrarlas. Luego, cuando las medidas locales sobre la prohibición de bolsas plásticas llegó a Costa Rica, Ariela, feliz de pensar que se quedaría sin material para recolectar, se encontró con un nuevo tipo de inspiración.
“Cuando regresé a Costa Rica durante la pandemia quise seguir con esta serie, pero ya no se me daba, así que un día estaba dando vueltas en la playa con un amigo y me encontré con pedacitos de desechos plásticos en la arena, y empecé a recolectarlos e hicimos como un “Hansel y Gretel” donde dejamos diferentes acumulaciones de los desechos. Luego de limpiar todo había encontrado mi nuevo material de creación que irónicamente me hizo darme cuenta que me gusta más trabajar con material fresco de ahora, hacer la diferencia y usar lo que me rodea”, cuenta Ariela.
Más allá del cambio climático, recalca mucho la importancia de entender que “somos parte de un todo y la acción de cada persona aporta y ayuda muchísimo”.
“Crear consciencia y entender que el día a día se trata no solo de ser una mejor versión de uno mismo, sino dormir sabiendo que uno dejó al mundo un poco mejor de lo que vio al despertarse”.
Es así como Ariela ha realizado distintos tipos de esculturas y composiciones utilizando desechos plásticos que ella misma recolecta y restaura en su taller, para luego ser vendidos o donados a organizaciones sociales y medioambientales. A través de la retroalimentación de sus mismos clientes, ha podido pulir su estilo a modo que pueda complacer el gusto de los coleccionistas y el suyo, logrando que muchas de sus obras ahora estén en distintos hogares e inspiren a más personas sobre la acción climática.
“Muchos de los clientes son padres de familia, sus hijos ven las obras y preguntan de qué está hecha y cuando les dicen que son de desechos plásticos del océano, los mismos padres luego me cuentan que sus hijos quieren ir a recolectar desechos en sus playas para crear sus propias obras”, cuenta entusiasmada. “Eso para mí es como otra dimensión que tiene mi obra, que ya mi arte habla por sí solo e inspira a otros a hacer el cambio”.
Pasando su legado climático
Además de sus obras, Ariela también ha realizado talleres de su metodología alrededor del mundo, comenzando con Costa Rica, ha tenido la oportunidad de impartirlos en Berlín, Budapest, Vietnam, Tailandia y Barcelona. En estos talleres y charlas han participado desde niños hasta adultos, con quienes intenta que sea una actividad en la que todos se involucren, desde la recolección de su propio material en las playas, hasta la limpieza y transformación de cada pieza, para que ellos mismos mismos puedan darse cuenta de dónde ha venido ese desecho, por qué ha terminado ahí y cómo poder reutilizarlo para algo nuevo, ya sea una obra de arte o algún otro utensilio.
“Yo no sé si (las personas) van a seguir siendo transformadores, pero lo que sí sé es que ya no van a volver a ver igual a los desechos, ya sea que lo encuentren dentro de un bote de basura o fuera. Que no se olviden del potencial de transformar cualquier cosa en lo que ellos quieran”, comparte como parte de su visión.
El mensaje no solo aplica para la acción climática, sino también para un nuevo concepto del arte, donde se entienda que “el arte no es un material que hay que comparar y poner en un canvas blanco, sino nada más es darse la oportunidad de ver la vida con otros ojos y ver los problemas como retos disfrazados o no”. También espera que en algún momento su trabajo no solo sea reconocido en galerías de arte, sino que sea parte de la historia y pueda encontrarse en museos (por ejemplo) donde los desechos plásticos sean vistos como algo del pasado.
Actualmente, Ariela se encuentra en Barcelona haciendo un máster en artes visuales y educación con un enfoque construccionista, enfocado principalmente en la educación no formal en espacios culturales y sociales, lo cual le está ayudando a expandir de mejor manera el mensaje que quiere llevar a las personas con sus talleres y sus obras. También busca realizar un documento donde se encuentre toda su metodología y filosofía educativa, para que esta pueda ser accesible a cualquier persona o maestro que quiera replicar su trabajo a otras comunidades.
También ha encontrado aliarse con otros activistas locales con el mismo enfoque climático, como es Clean Beach Initiative, un movimiento de limpiezas de playas que se reúne cada sábado. Sus compañeros también han aprendido a entender su visión y ahora también le ayudan a conseguir “regalos” que le son útiles para sus obras, además de hacer acción climática local.