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Cuatro quintos de las emisiones anuales de combustibles fósiles podrían ser retenidos por el suelo. Científicos calculan que aunque los suelos del mundo ya contienen 2.4 billones de toneladas de gases en forma de carbono orgánico, hay espacio para más.
Investigadores de los Estados Unidos y Escocia informan en la revista Nature que con algunos cambios en la práctica agrícola, habría espacio para otras 8 mil millones de toneladas.
“En nuestra lucha para evitar el peligroso cambio climático en el siglo XXI, necesitamos aliados de peso pesado”, dijo Dave Reay, geocientífico y especialista en gestión del carbono en la Universidad de Edimburgo. “Uno de los más poderosos está justo debajo de nuestros pies. Los suelos ya son enormes reservas de carbono y una mejor administración puede hacerlos aún más grandes”.
Durante años, los investigadores han estado conscientes de que los suelos tienen un poderoso papel que desempeñar. Han probado modelos climáticos para verificar las emisiones de los suelos. También han experimentado con técnicas para conservar el carbono del suelo y saben de las reservas de carbono orgánico en el permafrost.
Además, han establecido que las emisiones de gases de efecto invernadero artificiales coinciden con la propagación de la agricultura mundial. El uso de la tierra, calculan los científicos, ahora representa quizás una cuarta parte de todas las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el hombre y entre un 10% y 14% directamente de la agricultura. Pero ellos razonan, ya que los suelos tienen tres veces más carbono orgánico que existe en forma de dióxido de carbono en la atmósfera, una mejor gestión del planeta terrestre podría ayudar a reducir las emisiones también. Por lo tanto, el truco es no degradar los ecosistemas saludables porque los bosques y pastizales no manipulados almacenan el carbono de manera muy eficiente. Los humedales drenados para la agricultura pierden su carbono del suelo, pero los humedales restaurados no.
Hay una serie de prácticas agrícolas sostenibles que pueden conservar el carbono y al mismo tiempo seguir suministrando alimentos a la mesa. Los agricultores podrían cosechar con sistemas radiculares más profundos, usando composta a base de carbón vegetal y explotando una serie de prácticas más eficientes adaptadas a sus cosechas y terreno. Sistemas como Cool Farm Tool podrían ayudar a los agricultores a medir y gestionar las emisiones de sus propias tierras.
No hay una gran respuesta, sino una gran cantidad de respuestas. Estas van desde una mejor rotación de cultivos de labranza baja en oposición del arado profundo y de la restauración de la tierra a la agrosilvicultura o agroforestería. Todo esto podría hacer una gran diferencia.
Según los investigadores, con la ayuda de la ciencia, las autoridades gubernamentales y los nuevos enfoques, se podría ayudar a los suelos a conservar el equivalente a las cuatro quintas partes de las emisiones liberadas cada año por el consumo de combustibles fósiles.
Este texto apareció originalmente en EcoWatch, puedes leer el original en inglés aquí.
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