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La temporada de incendios silvestres en Siberia (Rusia del Este) es ejemplo de los grandes cambios que ocurren en los bosques que cubren la región, a causa del cambio climático.
Los bosques están ardiendo a una tasa inaudita que no se ha visto en los últimos 10,000 años debido en gran parte al aumento de temperaturas. Dichos contienen grandes reservas de carbono almacenado en los árboles y el suelo, y cuando se queman, envían ese carbono a la atmósfera. Esto crea un peligroso ciclo de incendios forestales más severos y temperaturas cada vez más altas.
La semana pasada, unas 133,000 hectáreas al oeste del lago Baikal, al sur de Siberia, fueron consumidas por el fuego. Los fuertes vientos han enviado humo a cientos de kilómetros al noreste, lo que afecta la calidad del aire en toda la región.
El satélite de la NASA, Aqua, capturó la extensión de las gruesas columnas de humo y fuego en la región, mientras que el satélite Suomi NPP fue capaz de analizar la calidad del aire. Ambos muestran la impresionante amplitud de los impactos que pueden tener los incendios forestales. Las mediciones de la central nuclear de Suomi NPP, en particular, muestran que el índice de aerosol (una medida de la calidad del aire) alcanzó una puntuación de 19, una marca que denota un humo muy denso.
Según el Observatorio de la Tierra de la NASA, los científicos también están investigando señales de que los incendios al arder tan intensamente alteraron el clima local. Hay evidencia en las nubes de pirocúmulos formados, un fenómeno que ocurre cuando los incendios forestales arden tanto que causan una convección localizada que eventualmente forma nubes.
Desde noviembre, las temperaturas han sido de hasta -14°C por encima de la media, con algunos meses muy superiores a esa marca. El cambio climático ha estado aumentando las temperaturas alrededor del mundo, pero en el norte del planeta, las temperaturas han subido dos veces más rápido.
El calor ha causado una serie de temporadas severas de incendios forestales no sólo en Siberia, sino en otros tramos del bosque boreal, que también cubre Canadá y Alaska. El año pasado, un incendio masivo invadió Fort McMurray, Canadá y se convirtió en el desastre natural más costoso de la historia canadiense. Éste es el tercer año consecutivo en que los incendios masivos han encendido los bosques de Siberia.
Estos eventos individuales son parte de una nueva realidad: el bosque boreal está ardiendo a un ritmo sin precedentes en la historia moderna. Los grandes incendios en Alaska son dos veces más comunes que hace 75 años, según una investigación de Climate Central. Ese mismo informe encontró que la temporada de incendios de Alaska es 40% más larga también. Cambios similares se han observado también en Canadá.
Se espera que el cambio climático continúe generando condiciones que hacen que los incendios destructivos sean más comunes en los bosques boreales. Esto va a remodelar algunos de los ecosistemas más singulares en la tierra y el propio sistema climático. Los bosques boreales almacenan alrededor del 30% del carbono del mundo. Cuando se queman, ese carbono llega a la atmósfera, aumentando los impactos del cambio climático y creando un círculo vicioso que probablemente conducirá a más incendios.
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