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Al tener un propósito en la vida, muchas cosas se pueden lograr. Más cuando implica transformar una comunidad y educar para crear una cadena de cambio.
Un buen ejemplo de esto es Kyklos, una empresa B, la cual está certificada y representa su enfoque social y ambiental. Todo su esfuerzo va dirigido a concientizar a la sociedad, que reconozcan el impacto de sus acciones en el ambiente y que hagan algo para cambiarlo. El equipo de trabajo está conformado por educadores, ingenieros, diseñadores y periodistas; lo que les permite innovar constantemente sus programas educativos.
Desde un inicio, tenían la idea de masificar el reciclaje en Chile y pensaban que la mejor forma de hacerlo era colocando espacios para reciclar. Pero se dieron cuenta de que en las áreas públicas ya había puntos de reciclaje, entonces llegaron a la conclusión de que el problema era la falta de cultura para reciclar.
Después de varios intentos y pruebas, decidieron que los colegios serían su actor social principal o un espacio académico para el cambio cultural; la empresa cree que la educación permite generar hábitos. Además, aparte de ser centros educativos, son también puntos de encuentro familiar. Esto facilita la integración de nuevos hábitos, mejorando la cultura y así reducir el impacto de cada uno de los alumnos y familiares; todos juntos para sumándose a un cambio ambiental positivo.
El área educativa está conformada por docentes, psicólogos, psicopedagogos e ingenieros. Realizan los recursos pedagógicos que se utilizan en los colegios y que también están disponibles en su página web. Abarcan temas desde la expansión urbana, medioambiente, acciones individuales y sociales perjudiciales, reforma agraria, sostenibilidad, entre otros. Todos con un enfoque bien sencillo, claro y directo.
El plan que Kyklos ofrece es muy completo porque consta de varios procesos y servicios, entre ellos: diagnóstico y medición, articular comités medioambientales, instalación de puntos limpios y mediación educativa. También tienen la autorización de entregar certificaciones medioambientales, desarrollar planes comunicacionales, promover actividades de sensibilización e impulsar acciones sustentables.
Su proyecto interescolar de reciclaje es muy completo e interactivo. En su página web tienen una sección que muestra los colegios participantes y en qué lugar van en la tabla de posiciones con respecto a lo que han reciclado de materiales como: latas, tetrapak, plástico, cartón, papel, revistas y diarios.
Las ecolimpiadas constan de diferentes eventos anuales. El certamen de cuentos acaba de finalizar y ahora están recibiendo las solicitudes de los estudiantes para el concurso de cortometrajes. Este es un desafío a nivel nacional donde a través de la asignatura de artes y tecnología buscan que los estudiantes desarrollen cortos ambientales que permitan difundir la necesidad de una sociedad por ocuparse de cuidar del planeta. El siguiente es crear su propio personaje, el cual motiva a los alumnos desde prekinder a 2º básico a participar en la creación ya sea de un amigo ambiental, superhéroe o heroína a base de materiales reutilizados.
A finales de año, se llevan a cabo el desafío de campaña ambiental familiar y la feria ambiental. También hay otras competencias, como la de tetrapak y de PET (botellas de plástico) en donde Kyklos busca al colegio que más recicla esos materiales por estudiante.
Cada integrante del equipo de Kyklos, cada estudiante y familia es parte esencial de un buen funcionamiento del programa, todas sus acciones tienen un impacto diferente. Un total de 70 colegios cuentan con el apoyo de Kyklos, más de 100 colegios se inscriben en las ecolimpiadas y han recibido más de 300 cuentos con historias increíbles.
Han logrado adentrarse en los colegios y “darle a los desechos un protagonismo educacional”, porque colegios que no reciclaban con anterioridad, ahora pasan de 0 a 661 libras en los primeros meses de trabajo y al terminar el año recolectan entre 882 libras y 1,100 libras.
Para Kyklos los niños son agentes de cambio, tienen la capacidad de cambiar la cultura no solo en su colegio sino en sus casas también. Kyklos nos comentó una anécdota muy hermosa: desde que visitaron su colegio, una niña utiliza el papel de ambos lados, ayuda a reciclar ordenadamente y apaga la luz cada vez que sale de clase. Si todos fuéramos como ella…
El cambio climático es algo que buscan “revertir a través de conocimiento y acciones ambientales que día a día las personas puedan realizar”. Con entusiasmo y compromiso desde una temprana edad, hay esperanza de que el mundo se transforme en un mejor lugar para vivir.
Puedes conocer más de su trabajo en su página web.
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