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En un artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (Estados Unidos), investigadores descubrieron que los cambios en el uso de la tierra asociados con la siembra de cultivos y el pastoreo del ganado han causado una pérdida de 133 mil millones de toneladas de carbono en el mundo en los últimos 12,000 años, 13 años de emisiones globales en sus niveles actuales. Al menos la mitad de esas pérdidas probablemente han ocurrido en los últimos siglos.
“Históricamente, creo que hemos subestimado la cantidad de emisiones de los suelos debido al cambio en el uso de la tierra“, dijo el autor principal del estudio Jonathan Sanderman, científico asociado del Woods Hole Research Center, organización de investigación del cambio climático con sede en Massachusetts (Estados Unidos).
Los investigadores sugieren que los resultados podrían ser utilizados para ayudar a detectar lugares que han perdido la mayor cantidad de carbono del suelo y donde los esfuerzos de restauración (que tienen como objetivo ayudar a almacenar el carbono en el suelo a través de la gestión sostenible de la tierra) podrían hacer una mayor diferencia. Es una estrategia que muchos científicos han sugerido que podría adaptarse para combatir el cambio climático.
“Sabemos que las extensas prácticas agrícolas son responsables del agotamiento de las reservas de carbono del suelo, pero el alcance total de estas pérdidas de carbono ha sido obviado”, dijo el experto en suelo Thomas Crowther, que comenzará a dar clases de ecología global del ecosistema en el Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zurich (Suiza). “En este estudio, los autores cuantifican cómo seres humanos han alterado las reservas de carbono a través de la agricultura extensiva, con implicaciones directas para las concentraciones atmosféricas de CO2 y el clima”.
Anteriormente, estudios sobre las pérdidas globales de carbono en el suelo han variado enormemente en sus conclusiones, lo que sugiere pérdidas históricas de entre 25,000 millones y 500,000 millones de toneladas de carbono, señaló Sanderman. En general, se asume a menudo una pérdida total de alrededor de 78 mil millones de toneladas, agregó.
Lo estudios anteriores se han basado en “estimaciones simples de contabilidad”, según Sanderman, lo que implica calcular las pérdidas de carbono de una parcela de tierra y luego multiplicar los resultados para obtener un valor para el mundo entero.
Pero para el nuevo estudio, los investigadores emplearon un gran conjunto de datos que contenía información específica sobre diferentes suelos de todo el mundo. Aplicaron este conjunto de datos a un modelo junto con otra base de datos sobre el uso de la tierra humana y la actividad agrícola en los últimos 12,000 años y otros factores físicos como el clima y la topografía. Luego se ejecutó el modelo para ver cómo ha cambiado el contenido de carbono del suelo.
El modelo sugiere que los cambios agrícolas son responsables de la pérdida de un total de 133 mil millones de toneladas métricas de carbono de la capa superior de casi dos metros de profundidad del suelo en todo el mundo (los investigadores indican que es imposible reemplazarlas). Las pérdidas más intensas por unidad de tierra han sido causadas por la siembra de cultivos. Sin embargo, más tierra se utiliza para el pastoreo del ganado que para el cultivo. Como resultado, el estudio sugiere que el cultivo y el pastoreo son responsables de partes aproximadamente iguales de las pérdidas mundiales de carbono en el suelo.
Estas pérdidas han variado con el tiempo y en diferentes lugares también, sugiere el estudio. A escala mundial, las pérdidas de carbono en el suelo se han acelerado desde la revolución industrial, particularmente en el siglo 19. En los últimos 100 años, las pérdidas se han reducido ligeramente, pero siguen siendo altas, con las emisiones más significativas procedentes de países del como Brasil, donde la agricultura a gran escala sigue en expansión.
“Si permitimos que la vegetación natural se apodere del mundo, eventualmente nos acercaremos a eso”, sugirió Sanderman. “Pero, obviamente, necesitamos alimentar a 7 mil millones de personas, subiendo a 10 mil millones a mediados del siglo, por lo que la realidad es que no vamos a abandonar las tierras agrícolas y restaurarlas a su estado nativo en gran medida”.
Pero, añadió, hay investigación que sugiere que la tierra puede ser manejada de una manera más sostenible.
“Hay muchos estudios que demuestran que sí se adoptan las mejores prácticas de administración recomendadas, se podría recuperar lentamente una fracción de ese carbono perdido”, dijo.
Este texto apareció originalmente en The Washington Post, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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