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El desarrollo costero no controlado ha vertido contaminantes, sedimentos y exceso de nutrientes en los hábitats de coral. La sobrepesca ha alterado los ecosistemas de los arrecifes que albergan a una cuarta parte de las especies marinas del mundo. Mientras tanto, gran parte del dióxido de carbono descargado en la atmósfera se deposita en el océano, aumentando su acidez y afectando de manera desproporcionada a los delicados arrecifes. Ese CO2 contribuye al aumento de las temperaturas oceánicas que han desencadenado los eventos de blanqueamiento de coral sin precedentes de 2014 a 2017.
Pero un grupo de especialistas en arrecifes de coral en la Scripps Institution of Oceanography de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), cree que al menos algunos de los arrecifes tienen el potencial de sobrevivir a otro evento de blanqueamiento. Eso es si se puede recolectar suficiente información sobre cómo los arrecifes están cambiando y cómo las comunidades locales pueden prepararse para cuidarlos y así resistir una próxima oleada de aumento de temperaturas oceánicas.
Su convicción está detrás de un nuevo proyecto llamado 100 Island Challenge, un experimento que utiliza tecnología de imagen de vanguardia para examinar los arrecifes de coral en dos y tres dimensiones.
“Nuestro grupo tiene la esperanza de que no todos los arrecifes van a estar muertos en 10 a 20 años“, dijo Jennifer Smith, investigadora co-principal del proyecto y profesora de la institución.
Smith señaló especies de coral que se han adaptado para sobrevivir a un aumento de la temperatura del océano.
“Hemos visto en los últimos años lugares que estaban sufriendo blanqueamiento masivo, pero luego también se mostró una recuperación bastante rápida en algunos de los lugares que no tienen una población humana”, dijo. “Así que existe la idea de que si uno puede manejar su arrecife localmente por tener buena calidad de agua y pesquerías saludables, es más probable que se recupere más rápidamente que un arrecife experimentando filtraciones, aguas residuales, sobrepesca y otras amenazas”.
La idea detrás de 100 Island Challenge es capturar la versatilidad entre los arrecifes en distintas condiciones naturales y documentar cómo cambian con el tiempo bajo presiones tanto naturales como humanas.
Stuart Sandin, investigador principal, Smith y sus colegas seleccionaron regiones para representar diferentes rangos de productividad del océano, densidad de población humana y elevación de la isla. Eso significaba nueve combinaciones de islas que el equipo necesitaba cubrir para obtener una sección representativa de los arrecifes. El equipo escogió 10 islas para cada uno de los nueve tipos, más otras 10 para llegar a 100.
El proyecto es similar a la iniciativa de los 50 Reefs, que tiene como objetivo identificar los 50 arrecifes menos vulnerables al cambio climático y que tienen el potencial de contribuir a la restauración de otros arrecifes en el futuro.
El proyecto está encabezado por el científico de coral Ove Hoegh-Guldberg y el activista Richard Vevers, se incluyó en el documental ganador del premio Sundance “Chasing Coral“.
El enfoque de Sandin y Smith difiere de Vevers en cómo los dos proyectos documentan los arrecifes. El método de Vevers se puede comparar con Google Street View, mientras que 100 Islands se parece más a Google Earth. Las imágenes de Vevers son básicamente senderos lineales a través del mar, mientras que el otro fotografía un área contigua de 100 metros cuadrados que se puede modelar en tres dimensiones en el laboratorio. Sandin y Smith desarrollaron la técnica con el postdoctor Brian Zgliczynski.
Usando la metodología de transecto, herramienta utilizada para tomar un censo de vida silvestre, los científicos nadarán hacia adelante y hacia atrás a través de los arrecifes contando peces. Los investigadores documentarán ocho sitios en cada isla, colocando marcadores permanentes para que puedan volver al mismo lugar y ver cómo ha cambiado.
“Estamos trabajando para asociarnos con científicos, gerentes y ONGs locales en todos los lugares donde trabajamos”, enfatizó Smith, “porque no sólo estamos haciendo esto desde una perspectiva académica, nos preocupamos por asegurar que todas las imágenes estén en la manos de la gente que vive y depende de los arrecifes para su sustento. Necesitamos administrar las emisiones si queremos que los arrecifes sigan vivos en 100 años”, dijo Smith, “pero las emisiones de carbono no van a parar mañana y hay cosas que podemos hacer ahora para ayudar a los arrecifes a ser tan saludables como pueden ser y resistir la próxima tormenta”.
Este artículo apareció en Oceans Deeply, puedes encontrar el original en inglés aquí. Para más noticias sobre los océanos puedes suscribirte a la lista de correos de Oceans Deeply.
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