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Después del huracán Harvey, un evento considerado “sin precedentes” por el Servicio Nacional de Meteorología, las inundaciones catastróficas han barrido el área metropolitana de Houston, Texas (Estados Unidos).
La inundación se puede atribuir a una combinación de lluvias de larga duración, las cuales bombearon más agua en las vías fluviales costeras, y la inundación costera, que evitó que el exceso de agua volviera al océano; un conjunto devastador de efectos simultáneos.
El experto en huracanes Jeff Masters, cofundador del sitio meteorológico Weather Underground, calificó el fenómeno como una “inundación compuesta” en una entrevista con Scientific American. “El agua se amontona desde ambos lados”, dijo Masters. Es un efecto bastante típico cuando una gran tormenta toca tierra.
“Siempre cuando hay un huracán, uno tiene efectos combinados de la inundación oceánica (oleaje) y las inundaciones terrestres”, dijo Amir AghaKouchak, profesor asociado de hidrología y teledetección en la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos). Harvey es un excelente ejemplo de cómo estos dos factores trabajan juntos para crear la tormenta perfecta, produciendo catastróficas inundaciones costeras cuando se producen a la vez. Y ahora, dijo, tenemos que prestar más atención a la forma en que estos factores trabajan juntos cuando estamos estimando los riesgos de inundación para las regiones costeras antes de que ocurra el desastre.
Los científicos tienden a concentrarse en un conductor de inundación u otro cuando realizan evaluaciones de riesgo de inundación para cualquier área dada; evaluando el riesgo de inundaciones terrestres que ocurren como resultado ya sea del exceso de precipitación y desbordamiento de ríos o por aguas oceánicas. Pero en muchas zonas costeras, donde los ríos se extienden hacia el mar, ambos factores juegan un papel importante en el riesgo de inundaciones regionales. Al centrarse en sólo uno u otro se puede correr el riesgo de subestimar la probabilidad de una inundación mayor.
En un nuevo estudio, un grupo de científicos de la Universidad de California en Irvine, incluyendo AghaKouchak, y de la Universidad de Salento en Lecce, Italia, han señalado la importancia de abordar ambos factores a la vez. Ellos compartieron un método que permite a los científicos hacerlo. Sus hallazgos fueron publicados en la revista Proceedings de la National Academy of Sciences.
“Desarrollamos un modelo que aborda los efectos de composición entre estos dos conductores, la interacción entre los dos”, dijo AghaKouchak. “Así que te permite dar cuenta de las inundaciones oceánicas y las inundaciones terrestres, o las inundaciones procedentes de un río, al mismo tiempo”.
Los investigadores utilizaron su modelo para evaluar los riesgos de inundación en tres ciudades costeras de Estados Unidos: San Francisco, Filadelfia y Washington, D.C. Eligieron estas ciudades debido a que los datos de monitoreo costero sugieren una relación particularmente fuerte entre las inundaciones oceánicas y fluviales, observó AghaKouchak.
Para cada uno de los tres estudios de caso, los investigadores utilizaron datos sobre los niveles de agua costeras y el flujo diario de agua dulce hacia el mar, suponiendo que el flujo de agua dulce provenía principalmente del sistema fluvial (por ejemplo, el Río Potomac en Washington) en cada caso. Pero la idea principal es considerar los efectos combinados del agua dulce que se acumula en la tierra y el agua de mar; el mismo efecto que está haciendo que el agua se amontona en Houston.
En las tres ciudades, encontraron que las evaluaciones de peligros indicaban un mayor riesgo de inundación cuando se contabilizaban los dos conductores. En Washington, por ejemplo, una típica evaluación de peligros podría sugerir que ocurriría sólo una vez cada 20 años, pero en el modelo de los investigadores se prevé que ocurra una vez cada 16 años.
Thomas Wahl, un experto en riesgos costeros de la Universidad de Florida Central (EE. UU.), que no participó en el estudio pero ha realizado una investigación similar por su cuenta, dijo que el estudio desarrolla un “marco agradable, estadísticamente hablando, para explicar estos efectos”.
Los autores del nuevo estudio sugieren que actualizar los métodos típicamente usados para evaluar los riesgos costeros podría ayudar a producir evaluaciones más exactas. También han señalado que el riesgo de inundaciones costeras sólo aumentará a medida que el nivel del mar continúe aumentando bajo la influencia del cambio climático. Ellos realizaron una evaluación separada, examinando los riesgos bajo un escenario de cambio climático moderado y severo en el futuro, y encontraron que el aumento del nivel del mar está asociado con un riesgo significativo de inundaciones severas.
Pero AghaKouchak también señaló que el cambio climático puede aumentar la probabilidad de tormentas severas y precipitaciones fuertes en muchas partes del mundo, lo que significa que las inundaciones de los ríos pueden llegar a ser más severas en algunas áreas costeras también.
“Lo que estamos viendo en Houston es en realidad un evento de inundación compuesta”, dijo Wahl. “Mucha de la lluvia que está cayendo no se está drenando en el océano como se supone que debe hacerlo bajo condiciones normales del nivel del mar, debido al estado elevado del agua”.
El huracán Harvey es un ejemplo de cómo todos estos factores en conjunto, producen una inundación devastadora.
Este texto apareció originalmente en The Washington Post, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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