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El nuevo proyecto de Ilimelgo en Francia, es un huerto urbano vertical que cuenta con 1,000 m² de cultivo. Este futuro edificio se dedicará a la agricultura urbana de una forma verdaderamente innovadora. Será el primer edificio de este tipo que proporcionará una agricultura urbana sostenible en Francia, ofreciendo productos frescos y de baja huella de carbono, reduciendo así el uso del transporte por carretera y ofreciendo oportunidades de empleo a nivel local.
En 2050 seremos 9,800 millones de personas en la Tierra. Y en 2100 alcanzaremos los 11,200 millones, según las Perspectivas de la Población Mundial. Las megaciudades, ciudades con más de 20 millones de habitantes, crecerán enormemente en las próximas décadas. En 2100 serán 27 y se distribuirán entre India, China, África y América Latina. El crecimiento de la población mundial y la expansión de las megalópolis es inevitable. ¿Cómo podemos garantizar alimentos sanos y sostenibles para los habitantes de las ciudades?
La agricultura urbana se ocupa de cultivar, transformar y distribuir productos agrícolas en ciudades, metrópolis y centros urbanos. Puede incluir la agricultura, la horticultura, la ganadería y la acuicultura.
Una variedad de agricultura urbana es la vertical: el cultivo de plantas comestibles en macetas a varios niveles para aprovechar al máximo la luz y el agua. Existen muchos proyectos de agricultura urbana vertical en todo el mundo. Algunos también utilizan la hidro-cultivación (también llamada agricultura hidropónica), es decir, el cultivo fuera del suelo: el suelo es reemplazado por un sustrato inerte y la planta es irrigada con agua y nutrientes. Las ventajas son la producción agrícola sostenible, económica y controlada durante todo el año. Estas nuevas fronteras de la agricultura se encuentran en la finca vertical (es decir, el invernadero vertical) de Ilimelgo.
La granja vertical en Ilimelgo está ubicado en la ciudad francesa de Romainville, a 14 km de París. El edificio es un edificio rectangular con cubierta triangular para maximizar la iluminación solar y la ventilación natural. La estructura es de hormigón, acero y vidrio, construido con aislamiento natural (madera).
El acceso se realiza a través de un jardín y la planta baja alberga espacios educativos y talleres. En el primer piso hay una tienda de semillas. En las plantas de arriba, la agricultura ecológica intensiva se desarrolla en contenedores a varios niveles, siguiendo los principios de la agricultura urbana vertical. Hay un invernadero para el cultivo de setas (que reproduce el entorno forestal), un huerto, un gallinero y laboratorios para experimentos de germinación de semillas.
La estructura flexible y dinámica de este invernadero vertical responde a la necesidad de una alternativa a la agricultura industrial. La ciudad francesa ha decidido invertir en este proyecto innovador. El objetivo del invernadero vertical es proporcionar productos frescos con un bajo impacto medioambiental (es decir, sin emisiones de CO2) reduciendo el transporte por carretera y ofreciendo formación, educación medioambiental y oportunidades de empleo.
La granja vertical, diseñada sobre una superficie de 3,800 m² y con un coste de 3,4 millones de euros, pretende unir a la comunidad en la sostenibilidad y en compartir y disponer de espacio con los ciudadanos. El proyecto del invernadero de Ilimelgo se encuentra en la fase de recaudación de fondos y está programado para su entrega en el verano de 2018.
Ilimelgo diseña la nueva agricultura urbana con un proyecto sostenible, innovador y comunitario. Estas son las mismas razones por las que la agricultura se ha convertido en urbana: llevar alimentos sanos a las ciudades que estarán cada vez más pobladas en los próximos años. El futuro de la agricultura urbana está estrechamente ligado al mundo digital: el MIT Media Lab (Estados Unidos) está desarrollando el ordenador alimentario, una plataforma para la agricultura digitalizada.
La evolución del cambio climático y las proyecciones en relación al aumento de la población mundial y de las megalópolis son claras. Demuestran que el futuro de nuestro planeta no puede separarse de la sostenibilidad. La innovación al servicio de la comunidad es un camino, no sólo para la agricultura urbana, sino también para el futuro de nuestros hijos.
Este texto apareció originalmente en EcoInventos, puedes encontrar el original aquí.
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