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Un nuevo e impactante informe sobre la biodiversidad mundial detalla lo que denomina “una catastrófica disminución” de las poblaciones de vida silvestre antes de una importante conferencia internacional sobre biodiversidad.
El lunes 21 de octubre, las Naciones Unidas convocaron una conferencia de dos semanas en Cali, Colombia, llamada COP16. En la agenda están el cambio climático y la protección de la vida. Pero sobre esta reunión se cierne un nuevo informe del Fondo Mundial para la Naturaleza. El Informe Planeta Vivo 2024 detalla “una catastrófica disminución del 73% en las poblaciones promedio de vida silvestre en solo 50 años”.
La preocupación se centra en puntos de todo el mundo, desde los pastizales del Serengeti hasta las junglas urbanas del Área de la Bahía de San Francisco. Criaturas grandes y pequeñas están bajo amenaza.
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“Eso significa que solo en mi vida, 50 años, hemos visto una disminución del 73% en el tamaño promedio de estas poblaciones de vida silvestre”, señaló el Dr. Robin Freeman, experto en biodiversidad global de la Sociedad Zoológica de Londres.
Entre las mayores amenazas se encuentran los seres humanos y el calentamiento del planeta. Ambos están provocando un cambio acelerado que hará imposible que las especies se adapten con éxito.
“Las especies suelen estar perfectamente adaptadas a entornos locales que han tardado miles o millones de años en coevolucionar para establecer y crear la selección en todo su genoma de las características que van a sobrevivir”, señaló la profesora de biología de Stanford, la Dra. Elizabeth Hadly. “Cuando cambiamos las cosas tan rápidamente, deshacemos esas conexiones y la extinción se produce en un abrir y cerrar de ojos”.
Los seres humanos están invadiendo los hábitats críticos de múltiples especies y poniendo en riesgo muchos ecosistemas, lo que amenaza la biodiversidad del planeta. Los impactos están afectando a los elefantes en los bosques tropicales, a las tortugas carey de la Gran Barrera de Coral e incluso a las aves migratorias que pasan por el Área de la Bahía.
“La mayoría de nuestras aves nativas necesitan una gran biodiversidad en las plantas y los insectos para poder sobrevivir”, explicó la Dra. Katie LaBarbera, bióloga senior y directora científica del Programa de Aves Terrestres del Observatorio de Aves de la Bahía de San Francisco, quien señaló que en todo el mundo, algunas poblaciones de aves están en declive.
Además de las aves, algunos peces están en problemas. Según el informe de WWF, en California, el número de salmones Chinook que pasan el invierno se redujo un 88% desde 1970. La presa Shasta bloqueó el acceso a su zona histórica de desove, mientras que el cambio climático amenaza el río Sacramento, una importante ruta migratoria.
El jefe Caleen Sisk, líder espiritual de la tribu Winnemem Wintu, y los miembros de la tribu están trabajando con el pueblo maorí de Nueva Zelanda y biólogos federales especializados en peces para devolver el salmón Chinook al río McCloud y encontrar un paso para ellos.
En el siglo XIX, millones de huevos de salmón del río McCloud se exportaron a 30 estados y 14 países diferentes para crear nuevas migraciones de salmón. Nueva Zelanda fue el único lugar donde la nueva migración prosperó y en 2005, los maoríes invitaron a los Winnemem Wintu a traer huevos de salmón salvaje de regreso a su hogar en el río McCloud.
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“El sistema hídrico aquí en California realmente depende de cómo cuidemos al salmón”, dijo Sisk. “Si el salmón sobrevive, la gente sobrevivirá. Si queremos drenar los ríos y cambiarles el nombre a ríos de agua cálida, la gente también sufrirá”.
Estos expertos del Área de la Bahía dicen que proteger la vida silvestre del planeta es una llamada de atención urgente que nadie debería ignorar.
“La biodiversidad nunca se puede recrear”, dijo Hadly. “Es lo que necesitamos para alimentarnos, para obtener medicinas y para vivir. Es de una importancia crucial para nuestra humanidad”.
“Los fragmentos de naturaleza que nos rodean son realmente preciosos y no los vamos a salvar si primero no los apreciamos de verdad”, añadió LaBarbera.
“Me gustaría que pudiéramos educar a todo el mundo sobre nuestro salmón”, dijo Sisk. “No son sólo un alimento para comer. Cavan en la grava y dejan que todo el cieno salga al mar y dejan que el río respire en los sistemas de aguas subterráneas”.
La esperanza con esta conferencia es que las naciones acuerden nuevos estándares sobre cómo restaurar la naturaleza y detener el declive.
Este texto apareció originalmente en CBS.
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