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En al año 2007, Kristofer Nonn y su señora, Helen, se embarcaron en un viaje a través de Idealist.org para enseñar y construir en la localidad venezolana de Santa Elena. Después de revisar las chozas de hojalata donde vive la mayoría de la población, Nonn consideró que había que hacer pequeñas mejoras en la forma en que se estas se construyen, logrando hacer grandes diferencias con poco esfuerzo.
Usando la misma madera local, hojalatas y hormigón, las Eco-Cabañas tienen varias características de diseño sostenible. Primero, son levantadas del suelo para evitar el contacto con el suelo húmedo, evitando la infestación de termitas, y promoviendo el enfriamiento.
Una de ellas está revestida de tejas de tipo Tung y la otra en una combinación de hormigón y botellas de vidrio de desecho, encontradas en los bordes de las carreteras.
Las puertas se abren a la brisa y las vistas hacia el valle en orientación norte-sur y los techos capturan las brisas y el agua de la lluvia. El mobiliario está integrado en el marco de la pared, reduciendo al mínimo la cantidad de material requerido.
El consumo de energía es sólo un par de bombillas de luz en cada cabaña. Nonn espera que sus edificios inspiren nuevas y mejores formas de construir en la región, de forma más respetuosa con el medio ambiente de Santa Elena.
Este texto apareció originalmente en Archdaily.mx, puedes encontrar el original aquí.
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