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El PET puede tardar más de mil años en degradarse y su inadecuada disposición final termina siendo muy perjudicial para el medio ambiente. Por eso, en los últimos años surgieron alternativas que van desde envases de origen vegetal, hasta prendas de vestir que reutilizan el material.
Sin embargo, la propuesta más revolucionaria llegó recientemente de la mano de estudiantes de diseño de Londres. Se trata de Ooho, un envase biodegradable y comestible que se puede crear en el hogar.
Inspirados en técnicas de gastronomía molecular, el español Rodrigo García González y los franceses Guillaume Couche y Pierre Paslier diseñaron esta especie de ‘bolsa’ hecha a base de algas pardas y cloruro cálcico. Las dos capas de membrana se consiguen a través de un proceso culinario llamado esferificación, por el cual los alimentos se encapsulan con texturas de gelatina. Antes de envasarla, el agua debe congelarse para evitar que se mezcle con los otros ingredientes.
El resultado es un envase sencillo, resistente, higiénico y biodegradable, que propone reemplazar a las clásicas botellas de plástico. Otra característica es su bajo costo, dado que producir cada ‘bolsa’ demanda un par de centavos (a diferencia del agua embotellada, donde lo más caro resulta el PET). De acuerdo a sus creadores, los consumidores más habilidosos pueden crearlas por su propia cuenta y hasta probar nuevas recetas (aquí hay algunas propuestas del chef español Ferran Adrià).
Según analizan los diseñadores, esto es especialmente útil para los deportistas, que en muchos casos utilizan agua en bolsa para hidratarse.
Aunque Ooho no se caracterice por ser una delicia, se puede comer sin ningún inconveniente. Si la idea es desecharla, sólo basta con perforar la membrana y extraer el líquido.
Esta alternativa libre de residuos ganó el Premio de Diseño Luxus 2014 y estará presente en la próxima edición de la Milan Design Week. Además de fomentar la elaboración casera, los estudiantes planean llevar su proyecto al mercado, utilizando etiquetas entre las dos capas de membrana. Si bien es la primera vez que un proyecto de este tipo propone reemplazar a las botellas de plástico, la idea de crear objetos comestibles no es una novedad.
Este texto apareció originalmente en discovery.com.
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