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Éste es un artículo de opinión, su contenido expresa la postura de su autora Kirsten James.
Para la mayoría de los problemas de abastecimiento de agua en California (Estados Unidos) la solución fue simplemente construir nuevas presas o zanjas para mover el agua de un lugar a otro. Con el tiempo, las limitaciones de ese enfoque se han vuelto cada vez más claras. Ahora, después de una sequía de cinco años de proporciones históricas, los ríos y aguas subterráneas han sido sobreexplotadas, y un clima más cálido exige que se repiense la relación con este recurso. Afortunadamente, se pueden satisfacer las necesidades del agua si se usa sabiamente.
Los californianos saben cómo elaborar políticas y prácticas para trabajar dentro de los límites de la naturaleza y entender que las comunidades sostenibles son más habitables y prósperas. Por ejemplo, los pasos importantes que los legisladores estatales han tomado para frenar el cambio climático han ayudado a limpiar el aire, han impulsado la innovación, el crecimiento del empleo y han ahorrado dinero. Este enfoque integrado de la acción climática es precisamente lo que se requiere para proteger el suministro de agua.
En California, han cambiado su uso de energía para mitigar los daños asociados con el cambio climático mediante el aumento de la producción de fuentes de electricidad limpia y renovable, a la vez que persiguen mejoras eficientes. Están trabajando tanto en la oferta como en la demanda: creando alternativas para los combustibles fósiles con proyectos solares y eólicos, fijando el precio del carbono e incentivando la eficiencia de los electrodomésticos hasta los sistemas masivos que calientan y enfrían hoteles, universidades y almacenes.
El estado debe conducir a la nación en el uso responsable y resiliente del agua. A medida que el planeta se calienta, se puede esperar un clima más extremo que incluya sequías más largas y más calientes, y más precipitación en lugar de nieve. Para evitar una escasez futura, tienen que extender aún más sus suministros.
La legislatura está considerando un paquete de proyectos de ley que reducirían el desperdicio de agua, aumentarían la eficiencia y mejorarían la planificación en caso de sequía para las comunidades vulnerables. Esos proyectos de ley, que incluyen la Ley de Asamblea 1668 y la Ley del Senado 606, los ayudarían a prepararse para el futuro.
Al salir de una sequía récord, ya saben cuán devastadores pueden ser unos pocos años secos en un estado que no está preparado para hacer el mejor uso de los suministros limitados de agua. Durante la sequía, los residentes de todo el estado duplicaron la conservación, reduciendo drásticamente su consumo de agua en un cuarto.
Lo que California necesita es adoptar el mismo enfoque de dos vías para el agua que ha tomado la energía: reducir la demanda y desarrollar suministros más sostenibles. Eso significa adoptar soluciones locales inteligentes como la captura de aguas pluviales y el agua reciclada, asegurándose de que toda el agua, independientemente de la fuente, se utilice de manera eficiente.
La eficiencia hídrica es la manera más rápida y rentable de asegurar un suministro confiable y asequible en el futuro. Es por eso que Ceres se está uniendo a tantos defensores del agua en instar a la legislatura estatal a adoptar políticas que harán de la conservación y eficiencia una forma de vida en California.
Este artículo apareció en Water Deeply, puedes encontrar el original en inglés aquí. Para más noticias sobre el agua y su impacto en tu vida puedes suscribirte a la lista de correos de Water Deeply.
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