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A medida que se reconstruyen los daños ocasionados por el huracán Irma en Florida (Estados Unidos), los científicos apuntan a un factor ambiental que puede haber empeorado el impacto de la tormenta: la constante pérdida de corales en la barrera de arrecife del estado.
A lo largo de 579 kilómetros, el arrecife de la Florida es el tercero más grande del mundo, se extiende desde los Cayos de la Florida hasta el condado de Martin. Pero como Chris Mooney de The Washington Post informó hace apenas unos meses, el arrecife está en grandes problemas; científicos estiman que menos del 10% está cubierto de coral vivo. El resultado de una larga historia de daños que, más recientemente, incluye el calentamiento del agua y eventos de blanqueo consecutivos en los últimos años.
Ahora los científicos dicen que esas pérdidas probablemente debilitaron su función como amortiguador de tormentas. Las investigaciones demuestran que “si se reduce la salud de los arrecifes de coral, se incrementan los riesgos de una inundación”, dijo Curt Storlazzi, geólogo investigador de la U.S. Geological Survey.
En un correo electrónico de seguimiento al medio, añadió que, sobre la base de estudios recientes de observación y modelización, “la ciencia indica que los arrecifes de coral eran más saludables en todo el Caribe (incluyendo el arrecife de Florida) y la inundación costera de las áreas frente a los arrecifes de coral habría sido menor de no ser por su actual naturaleza degradada”.
Aunque los recientes episodios de blanqueo a lo largo del arrecife de Florida han atraído la mayor atención, nuevas pruebas sugieren que esto es parte de una imagen mucho más amplia. Un estudio reciente en la revista Science Advances analizó los mapas de los Cayos de la Florida que datan del siglo 18 que señalaron la ubicación de los arrecifes de coral, y descubrieron que más de la mitad de la superficie anteriormente ocupada por los corales se ha perdido en los últimos 250 años. La mayoría de estas pérdidas ocurrieron cerca de la costa, lo que sugiere que las influencias humanas y la expansión de los asentamientos europeos jugó probablemente un papel importante.
Autoridades científicas, entre ellas la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU, han señalado que los corales ayudan a reducir el riesgo de inundaciones durante las tormentas. Este último indica que los arrecifes “contribuyen a proteger la costa de la acción destructiva de las tormentas y ciclones”.
“Actúa como un rompeolas sumergido en alta mar, reduciendo y disipando la energía de las olas en alta mar, de modo que sólo olas pequeñas llegan a tierra”, dijo Michael Beck, científico marino de Nature Conservancy
Un meta-análisis de 2014, co-escrito por Beck y Storlazzi junto con otros colegas de la Universidad Stanford (Estados Unidos), el U.S. Geological Survey y la Universidad de Bolonia en Italia, que compiló más de 250 estudios individuales, sugirió que los arrecifes de coral pueden reducir la energía de las ondas entrantes hasta un 97%. Otro sugiere que los arrecifes pueden reducir la altura de las olas en un 70%.
Otros hábitats naturales de humedales, como las marismas y los bosques de manglares, también amortiguan las olas y reducen el impacto de las inundaciones y la erosión. Pero la investigación que compara la influencia de los diferentes ecosistemas sugiere que los arrecifes de coral proporcionan la mayor protección.
Lamentablemente el blanqueamiento hace que las copas de los corales se rompan fácilmente por las fuertes olas, impidiendo que cumplan su función. A su vez, también se espera que el cambio climático contribuya a un aumento del nivel del mar y a olas más altas en muchas áreas, lo que hace más difícil para corales sanos romperlas.
Un artículo de 2015 en la revista Geophysical Research Letters, co-escrito por Storlazzi y otros científicos del U.S. Geological Survey y colegas de Holanda, sugirió que todos estos factores, “tendrán un impacto negativo en la capacidad de los arrecifes de coral para mitigar los efectos de los peligros costeros en el futuro”.
Otras investigaciones, por su parte, han encontrado que el fondo marino alrededor de los arrecifes clave, incluyendo los de Florida, se está volviendo más profundo a medida que los arrecifes disminuyen. Esto se debe a que el coral muerto se convierte en arena y alimenta el fondo marino, pero cuando los arrecifes dejan de crecer tanto, se proporciona menos arena.
Esto también debilita la protección proporcionada por los arrecifes de coral, dijo Kimberly Yates de la U.S. Geological Survey a The Washington Post. “La erosión de los arrecifes de coral y el fondo marino está ocurriendo mucho más rápido de lo que se sabía o se esperaba, lo suficiente para que afecte el nivel del mar local”, dijo.
“Creo que es muy importante reconocer que estos arrecifes de coral son nuestra primera línea de defensa, y cuando los degradamos nos ponemos en un riesgo mucho mayor”, comentó Beck.
Este texto apareció originalmente en The Washington Post, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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