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Sabemos que el cambio climático afecta los procesos de la superficie terrestre, como la erosión y las fluctuaciones de los niveles del mar, pero ¿y si esos procesos superficiales, a su vez, influyen en la actividad volcánica? Un equipo de Geología de la Universidad de Ginebra (UNIGE, Suiza), el Instituto ICTJA-CSIC de Barcelona y las universidades de Orleans y Pierre y Marie Curie en París (Francia) se han hecho esta pregunta.
Los investigadores analizaron datos volcánicos de la crisis de salinidad de Messinia (hace de 5.96 a 5.33 millones de años), cuando el Estrecho de Gibraltar estaba cerrado y el Mediterráneo era un lago temporalmente aislado del Atlántico. Después de observar cómo se duplicó la la actividad volcánica durante este período, y probar varios escenarios, los geólogos concluyeron que el aumento de la actividad magmática sólo podía explicarse por el secado casi total del mar.
Estos resultados, que se pueden leer en la revista Nature Geoscience, revelan la influencia de los procesos superficiales (en gran medida controlados por el clima) sobre la actividad volcánica.
En aquel tiempo prehistórico, por los lechos del Mediterráneo corrían ríos, había cañones y, probablemente, zonas de lagos que dejaron enormes concentraciones de sal, detectadas hace algo más de 40 años.
“Entendemos que lo que ocurre en la superficie de la Tierra, como una subida repentina del nivel del mar, hace que la presión cambie a profundidad y tenga un efecto sobre la producción de magma”, dice Pietro Sternai, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra en la Facultad de Ciencias de la UNIGE .
Dado que la crisis de salinidad fue capaz de generar estos cambios en la presión, los geólogos (trabajando sobre la hipótesis de que el Mediterráneo se secó) estudiaron los cambios en la actividad volcánica durante este período.
Se examinaron dos escenarios: el primero, con drástica disminución del nivel del mar, mientras que el segundo excluyó la reducción.
“Las simulaciones mostraron que la única manera de explicar el aumento probado de la actividad volcánica fue que el nivel (y por lo tanto el peso) del Mar Mediterráneo se redujo en unos dos kilómetros”, explica Sternai.
Además de proporcionar pruebas adicionales de la desecación del Mediterráneo, la investigación también demuestra el impacto del cambio climático en la Tierra profunda. El cambio climático influye en la producción magmática, en particular a través de los efectos sobre la erosión y la hidrología, que modifican la presión ejercida en la superficie terrestre sobre las capas profundas. Aunque hemos sido conscientes del impacto del volcanismo en el clima desde hace bastante tiempo, los resultados presentados en el estudio han revelado que lo contrario también es posible.
“Este trabajo pionero abre nuevas perspectivas para estudios interdisciplinarios sobre el acoplamiento entre la Tierra sólida y la Tierra fluida y, por ejemplo, involucrando a volcanólogos, geomorfólogos y climatólogos”, concluye Sternai.
Este texto apareció originalmente en el diario El Independiente, puedes encontrar el original aquí.
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