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Según un nuevo informe, en promedio alrededor de 14 millones de personas se quedan sin hogar cada año como resultado de desastres repentinos como inundaciones y tormentas.
El reporte, presentado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) y el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC), indica que el riesgo de desplazamiento podría aumentar a medida que la población crece y los impactos del cambio climático se vuelven cada vez más severos.
Los modelos de las agencias señalan que los terremotos, tsunamis, inundaciones y ciclones tropicales son los principales desastres pronosticados para desarraigar a un gran número de personas; particularmente a los países de Asia, donde vive el 60% de la población mundial.
Ocho de los diez países con los niveles más altos de desplazamiento y pérdida de vivienda se encuentran en el sur y sudeste de Asia. Entre ellos se incluyen India, donde un promedio de 2.3 millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares anualmente, y China con 1.3 millones de personas desarraigadas cada año, encontró el informe.
Las cifras excluyen a los evacuados antes de una amenaza y a las personas desplazadas por la sequía o el aumento del nivel del mar. Rusia y Estados Unidos también aparecen como países donde los desastres podrían causar la falta de vivienda a gran escala, a menos que se logren avances significativos en la gestión del riesgo de desastres, según el estudio.
“Los hallazgos subrayan el desafío que tenemos para reducir el número de personas afectadas por desastres”, dijo Robert Glasser, el representante del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la reducción del riesgo de desastres.
Las inundaciones más devastadoras que azotaron el sur de Asia, en una década, causaron la muerte de más de 1,400 personas este año. Los refugiados y las personas desarraigadas ya registran cifras récord, dijo Alexandra Bilak, directora del IDMC.
El nuevo modelo contribuye a predecir el riesgo de desplazamiento relacionado con los desastres, que es una “prioridad urgente y global”, señaló.
También está destinado a ayudar a los planificadores urbanos, en pueblos y ciudades propensos a los peligros, que deben considerar la seguridad y la durabilidad de las áreas urbanizadas y las amenazas para millones de personas que viven allí. Justin Ginnetti, jefe de datos y análisis del IDMC, le dijo a la Thomson Reuters Foundation que existe una fuerte correlación entre el riesgo de ser desarraigado por un desastre y residir en un lugar que se urbaniza rápidamente.
Ginnetti dijo que una mejor planificación urbana podría hacer a las personas con escasos recursos, que a menudo viven en las afueras de las ciudades, en las llanuras de inundación o a lo largo de las riberas de los ríos, menos vulnerables.
Hizo un contraste entre Japón y Filipinas, que tienen aproximadamente el mismo número de personas expuestas a los ciclones. Japón construye viviendas más robustas y, por lo tanto, se enfrenta a un desplazamiento mucho menor que las Filipinas, donde las casas son menos capaces de resistir los impactos, dijo.
“No queremos que la gente piense que el desplazamiento por desastres es una especie de acto inevitable de Dios; esto no necesariamente podría ser un resultado cada vez que hay fuertes lluvias”, dijo.
Este texto apareció originalmente en Thomson Reuters Foundation, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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