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El Climate-KIC Journey, es una escuela de verano de innovación climática que reúne a estudiantes y profesionales de todo el mundo.
Te presentamos 10 de los jóvenes innovadores que participaron y que están abordando el cambio climático de maneras novedosas; siempre dispuestos a hacer un cambio en su país.
“La moda es algo inconstante. La ropa sorprendentemente daña el medio ambiente: la industria de la moda es la segunda industria más contaminante del mundo. En una sociedad en la que cierto tipo de ropa está “de moda” un día y se desecha al siguiente, siguen siendo necesarias soluciones sostenibles y creativas como respuesta a nuestra necesidad de consumir. Con nuestra startup (empresa emergente) Dom’s Angels, proporcionamos un nuevo modelo de ropa de “ocasión especial” que se puede alquilar en lugar de comprar. Es hora de comenzar a construir una economía de intercambio en el sector de la vestimenta, similar a lo que ya existe para otros bienes o servicios”.
“Hola, soy Ahmad de Siria. Actualmente estudio en Portugal. Me interesa impulsar la innovación climática, tanto en Europa como en mi país de origen, porque creo que ya no es un lujo para nosotros pensar en el futuro. El cambio climático es un problema que todos tienen que enfrentar, la verdadera lucha del siglo 21. Y aunque mi país tiene muchos otros asuntos con los que lidiar en este momento, me gustaría pensar que cuando comencemos a reconstruir nuestro país, podríamos hacerlo bien”.
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“Me he desafiado al intentar innovar la forma en que usamos la energía. El problema actual con nuestro sistema de energía es que hay horas pico durante las cuales todos quieren usar electricidad. Durante estos picos, las centrales eléctricas tienen que comprar energía extra de los productores para satisfacer la demanda, y lo están comprando como pérdida. Al facilitar una mejor comunicación y un intercambio de información entre las empresas de servicios públicos y los consumidores, nuestra startup busca reducir tanto el consumo de energía del consumidor, como el almacenamiento de energía al final de la producción (lo que ahorra dinero y reduce el CO2). Crear más conciencia sobre nuestro consumo y la creación de energía es clave para hacer que toda la cadena sea más sostenible”.
“Estoy abordando un problema muy global al que todos nos enfrentamos: el problema de los residuos. El problema aquí es que estamos acostumbrados a usar materiales de forma lineal. El 99% de las cosas que producimos se tira en un plazo de seis meses, y nuestros vertederos están creciendo cada año. Esto está tomando proporciones masivas en mi propio país, pero ocurre en todo el mundo: el 70% de todos los desechos provienen únicamente de las ciudades. El uso lineal de los productos debe modificarse a un sistema circular, no solo en términos de desperdicio y reciclaje, sino también en términos de reevaluación de residuos”.
“Lo bueno de la innovación climática es que reúne a personas con diferentes antecedentes, con sus propias perspectivas para tratar de resolver problemas complejos. Estas nuevas perspectivas ofrecen, la mayoría de las veces, una respuesta relativamente directa a un problema. Por ejemplo, en nuestro proyecto actual, estamos tratando de encontrar una forma de utilizar los subproductos del procesamiento de alimentos, como los huesos de aceitunas o las cáscaras de las semillas de girasol, y convertirlos en envases de alimentos. Sería utilizado en la entrega de alimentos o comida para llevar. Es un concepto realmente simple, pero nadie lo ha pensado nunca. Es por eso que la innovación es realmente importante, especialmente en momentos en que los recursos se están reduciendo”.
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“Tu comportamiento individual hace la diferencia cuando se trata de enfrentar el cambio climático. Ya se encuentran en el mercado todas las diferentes tecnologías para hacer que su hogar sea más eficiente en el consumo de energía, pero hemos notado que para muchas personas, la mayor barrera para su aplicación es la falta de información y la inconveniencia de saber cómo usar estas tecnologías. Junto con mi equipo, estamos desarrollando un kit de herramientas de adaptación fácil de usar para modificar su hogar y aumentar su eficiencia energética. En lugar de crear algo nuevo, estamos permitiendo a las personas usar las innovaciones que ya existen”.
“Estoy haciendo una maestría en innovación en la Universidad Técnica de Dinamarca. Nos enseñan a cuestionar constantemente la manera convencional en que las personas hacen las cosas, y a hacer preguntas como: ‘¿No hay una manera más fácil de hacer esto?’ o ‘¿Qué me molesta de este proceso?’. Junto con otros estudiantes, ya optimicé el sistema de purificación de agua en la ciudad de Copenhague el año pasado. Ahora, estamos desarrollando juguetes modulares para niños que se pueden reconstruir para cambiar su función y crecer con el niño durante toda su infancia. Hacer frente al cambio climático se puede hacer de maneras muy indirectas”.
“Durante el viaje de Climate-KIC, nos estimularon a pensar en grandes ideas para la innovación, y se nos permitió soñar en grande. Sin embargo, llega un momento en que su proceso debe reducirse a algo que sea realista y factible. Cualquiera puede tener una idea, pero asegurarse de que su gran idea se pueda realizar, a menudo resulta difícil. Este viaje me ha enseñado que la innovación climática se trata tanto de soñar como de ser realista”.
Este texto apareció originalmente en DW, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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