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El 7 de junio, un incendio al sudeste de Arizona (Estados Unidos) quemó 48,000 acres y 217 de 252 ardillas que quedaban vivas, desaparecieron.
Algunas estaban equipadas con transmisores de radio que se quemaron; los conservacionistas dedujeron sus destinos, pero esperaban que algunas hayan logrado escapar.
Pero por esas 35 sobrevivientes (con restos biológicos de la última edad de hielo), Jeff Humphrey, vocero del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos, estaba profundamente preocupado.
“La mayoría de ellas perdieron los conos que almacenaron para su alimento de invierno”, dijo Humphrey. “¿Cómo le vamos hacer para que sobrevivan este invierno?”
La ardilla roja de Mount Graham se encuentra entre más de una docena de especies raras o amenazadas que perecieron o sufrieron pérdida de hábitat durante los recientes huracanes e incendios forestales en todo Estados Unidos.
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La ardilla roja no fue la única criatura afectada durante los incendios forestales de Arizona, intensificada por las olas de calor en el sur del estado. Después del incendio, los biólogos y los oficiales de vida silvestre rescataron a las truchas Gila y Apache de las corrientes forestales antes de que el agua se contaminara con cenizas; lo que ocurre cuando la cobertura normal del suelo del bosque no está allí para filtrar la escorrentía.
El búho moteado mexicano, que vive en zonas boscosas y de cañones en todo Nuevo México y el sur de Utah, también era vulnerable.
“Su principal amenaza son los incendios forestales, pero es mucho más abundante”, dijo Humphrey.
En el sur de California, la rana de montaña de patas amarillas, de la cual había unas 400 que vivían en riachuelos lejanos en las montañas de San Gabriel, San Bernardino y San Jacinto, puede que enfrente un duro invierno después de que los incendios destruyeran su hábitat.
El doctor Bruce Stein, científico de la conservación de la Federación Nacional de Vida Silvestre, dijo que también estaba preocupado por la rana de patas rojas de California, así como por el salmón y la trucha arcoíris en peligro de extinción en el río Ruso (como en Arizona, los sedimentos que llegan al agua podría dañar a los peces).
Una de las especies más raras de América del Norte, el roedor Amargosa, también perdió parte de su hábitat restante en un incendio de septiembre en la cuenca Amargosa cerca de Tecopa, California. Cerca de 50 de los pocos cientos de mamíferos restantes perecieron, dijo Janet Foley, profesora en el programa de protección de Medicina Veterinaria de la Universidad Davis (California).
Solo cinco de los 29 pollos de pradera que estaban siendo rastreados en el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Attwater Prairie Chicken, cerca de Houston (Texas), sobrevivieron al huracán Harvey. Durante el siglo pasado, su hábitat de praderas de pastizales en Texas y Luisiana fue arado para crear espacios para tierras de cultivo y ciudades.
“Fue un impacto devastador”, dijo Mike Morrow, el biólogo principal del refugio. “La buena noticia es que tenemos un programa establecido de cría en cautividad”, dijo. “Si no hubiera sido por esa bandada cautiva, podría haber resultado en casi una extinción”.
Las grullas chirriantes “esquivaron una bala”, dijo el doctor Stein, cuando Harvey tocó tierra en el condado de Aransas. En ese momento, el ave se estaba criando en Canadá, pero si hubiera estado en Texas, la especie podría haber sido eliminada, comentó.
“La preocupación es qué efecto pudo haber tenido el huracán en el hábitat”, agregó.
Los ocelotes y las tortugas loras, también sobrevivieron a la tormenta.
Irma también afectó a varias especies, incluyendo la curruca de Barbuda y al gavilán caracolero común (aves). En los Cayos de Florida la tormenta fue una mala noticia para varias especies de mariposas, tortugas marinas verdes y al ciervo de los cayos.
El ciervo de los cayos es “un animal realmente carismático”, dijo Brian Hires, portavoz del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos. Menos de 1,000 de esos ciervos quedan vivos. Todos menos 33 sobrevivieron a la tormenta, pero pueden enfrentar desafíos por el acceso restringido al agua potable. (De la mariposa azul de Miami quedan menos de 100.)
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La tormenta le cortó el suministro eléctrico a un aviario de gorriones sabaneros pechileonado en Florida, pero gracias a que un camión de servicio le entregó a la instalación 100 galones de combustible para su generador, los polluelos sobrevivieron. El destino del turpial de las Bahamas (ave), que se encuentra solo en North Andros, South Andros y Mangrove Cay (Florida), aún se desconoce.
En 1989, el huracán Hugo mató a casi la mitad de la población silvestre de los loros nativos de Puerto Rico, la única ave restante de este tipo en los Estados Unidos. El animal, con ojos de anillos blancos y una raya roja sobre su pico, para este año se había recuperado a aproximadamente 500 individuos salvajes y cautivos. Si bien la mayoría de los que se encuentran en el aviario de Iguaca en la selva tropical de Puerto Rico sobrevivieron, se desconoce el destino de esas aves silvestres en los bosques de Río Abajo y El Yunque.
Este texto apareció originalmente en The New York Times, puede encontrar el original en inglés aquí.
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