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El Ártico se ha instalado en Europa y Europa en el Ártico. Al menos, eso es lo que indican las cifras que registran los termómetros. Mientras en las regiones alpinas de Suiza alcanzaron los -40°C, la temperatura del aire en el Polo Norte subió por encima de los cero grados.
“En Europa no hace más frío que en otros inviernos del siglo pasado. La anomalía no está en Europa, sino en el Ártico”, explicó Robert Monjo, investigador de la Fundación para la Investigación del Clima.
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Monjo explica que casi en todos los inviernos se producen estas oscilaciones de temperatura entre las dos regiones y asegura que el fenómeno no está directamente relacionado con el cambio climático. Sin embargo, afirma que el avance del deshielo en la zona más septentrional del planeta como consecuencia del cambio climático está provocando un aumento inusitado de las temperaturas:
“El Ártico está sufriendo mucho”, alertó con preocupación.
En enero pasado, el hielo de la región registró un nuevo mínimo que ha situado su superficie en cifras que no se alcanzaban desde hace 38 años, según las imágenes captadas por satélite.“La situación es de incertidumbre. Algunos informes dicen que el Ártico puede desaparecer en 10, 20 o 30 años, pero no se sabe con certeza”, afirmó.
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Peter Glieck, presidente emérito del Pacific Institute y miembro de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense afirmó que en esa parte del planeta hace más calor que nunca.
“El cambio climático causado por los humanos está empezando a transformar radicalmente nuestro planeta”, escribió Glieck en un tweet.
En Europa, según cuenta Monjo, el calentamiento global no traerá más frío en invierno:
“Lo único que puede pasar es que haya más nieve y más precipitaciones en el norte, y probablemente menos en el sur”. En este caso, la tendencia solo afectaría a los meses de verano, donde el investigador aseguró que se registran valores más altos cada año.
La ola de frío continúa golpeando fuerte en toda Europa. Las fuertes nevadas y las bajas temperaturas, inusuales en este periodo del año para muchas regiones del continente, ya han dejado 55 muertos en el último recuento de la Agencia France Presse (AFP). En Polonia, donde los termómetros han llegado hasta -15°C, se ha contabilizado el mayor número de víctimas mortales, con un total de 21. En este recuento no se han contabilizado el número de víctimas en Hungría, que ascendió a 21, según la ONG Foro Social Húngaro.
Por países, se ha registrado la muerte de seis personas en República Checa; cinco en Lituania; cuatro en Francia; tres en España y dos en Italia, Serbia, Rumanía y Eslovenia. Además de uno en Reino Unido y Holanda. En Eslovaquia, el frente polar ha causado siete muertes, según el servicio médico de rescate a la agencia AFP.
“Los que tienen más riesgo de contraer enfermedades relacionadas con las bajas temperaturas son gente mayor, niños, y las personas que presentan dolencias crónicas o limitaciones psíquicas o físicas”, dijo la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un comunicado, donde ha añadido que los sin techo, los inmigrantes y las personas con menos ingresos son también las más afectadas por el temporal.
En ciudades como París (Francia), las autoridades continúan los operativos de emergencia para proteger a las cerca de 3,000 personas sin hogar que viven en la capital. Hace unos días, una treintena de oficiales pasaron la noche en la estación de Austerlitz tratando de evitar que algunos ciudadanos durmieran allí. En Alemania, la organización nacional para la protección de las personas que no tienen hogar ha pedido que se abran albergues también durante el día.
La ola de frío polar, conocida como ‘La Bestia del Este’ o ‘El Oso Siberiano’, también ha generado numerosas incidencias en el tráfico aéreo y terrestre en todo el continente. El aeropuerto de Dublín (Irlanda) canceló todos sus vuelos y otras terminales en Escocia, Holanda, Reino Unido o Suiza.
Las fuertes nevadas provocaron que en el norte de Italia se cancelaran el 50% de los trenes regionales y en la ciudad de Nápoles las escuelas también cerraron sus puertas. En Francia, cerca de Montpellier, situada al sur del país, cerca de 2,000 conductores quedaron atrapados en una autopista durante horas.
Este texto apareció originalmente en el diario El País, puedes encontrar el original aquí.
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