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Al menos 100 personas han muerto en Kenia desde inicios de abril por fuertes lluvias que han ocasionado inundaciones y deslaves, según estimaciones de la Cruz Roja, que definió la situación como un desastre humanitario que requiere recursos de emergencia.
Hiribae Mame es una de las aproximadamente 200,000 personas que se han visto obligadas a evacuar en el este de Kenia, donde su casa quedó hundida en las aguas que le llegan hasta la cintura.
“He perdido 12 pollos y cuatro cabras. No pudimos salvarlos a todos y no puedo entrar a la casa porque la puerta no se puede abrir”, dijo la madre de cuatro niños en la ciudad de Tana River, en la región costera.
Su hija menor estaba aferrada a su cuello y sus pies tocaban el agua. Colchones y escombros flotaban mientras que barcos rudimentarios transportaban personas, animales y bienes a terrenos más seguros.
Las inundaciones han bloqueado las carreteras principales que comunican al centro y el norte de Kenia y las zonas costeras. La ruta desde la capital Nairobi al puerto principal de Mombasa estuvo bajo agua la semana pasada.
Ocho personas murieron cuando los deslizamientos de tierra destruyeron sus hogares mientras dormían en la montañosa región central de Murang’a, dijo el Secretario General de la Cruz Roja de Kenia, Abbas Gullet.
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Militares y policías han desplegado helicópteros para misiones de rescate, pero se necesitaban más esfuerzos, agregó. Los brotes de enfermedades son otra preocupación, destacó.
“Instamos al gobierno nacional a declarar esto como un desastre nacional para poder realizar un esfuerzo deliberado y movilizar recursos para ayudar a las personas afectadas”, dijo Gullet el domingo a los periodistas en la capital.
“Necesitamos que se cree un fondo nacional de gestión de desastres”, añadió.
Este texto apareció originalmente en Reuters, puedes leerlo aquí.
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